Seguimos a los árbitros del partido entre Menorca y Arenal juvenil para saber cómo vieron el encuentro.
Son los actores secundarios del fútbol y, por ese mismo motivo, no les solemos prestar atención. En realidad, sólo nos fijamos en ellos cuando se equivocan. Los árbitros tienen una responsabilidad proporcional a la cantidad de insultos que reciben en los campos. Así, no es extraño que preparen con mimo su ocupación. Para saber cómo viven los partidos, hemos seguido, hasta donde lo permite el reglamento, al trío arbitral del Menorca-Arenal de la Liga Nacional juvenil que se disputó el pasado domingo en el Estadi Mahonés.
Una hora antes del comienzo del encuentro, el árbitro José Albiol y los jueces de línea Wenderson Adaio Da Silva y Javier Gil se citaron en la puerta del campo. Antes de cambiarse, una pequeña revisión para asegurarse que el campo está en condiciones. Una vez han comprobado que todo cumple el reglamento, el trío tiene una pequeña charla sobre el campo para uniformizar criterios y coordinar su forma de actuar.
Albiol, con 20 años de experiencia en el arbitraje, lleva la voz cantante: “Tú estarás en la banda de los banquillos”, le dice a Gil. “Que sólo haya uno de pie, y que se dirija únicamente a sus jugadores”. El colegiado hará de ‘poli’ malo. “Aguanta hasta que creas y, si se ‘pasan’, me llamas”, le repite a su compañero.
Albiol hace hincapié en que los linieres vigilen sus espaldas. “Fijaos en mi posición”, pide a sus compañeros. “Y si hay una agresión, o veis quién ha sido, o no podemos hacer nada”, zanja. Entonces, se acerca a decirles algo un miembro de uno de los clubes. Le atienden con amabilidad y, cuando se marcha, el colegiado explica: “Yo, antes y después del partido, soy amigo de todo el mundo. Durante, no conozco a nadie”.
Después de que hayan repasado algunos conceptos más, se retiran al vestuario y repasan que todo esté correcto en las fichas de los jugadores. También se aseguran de que las camisetas de los porteros y los jugadores de campo de ambos equipos no se puedan confundir.
Algunos minutos más tarde, los tres hombres de negro salen al campo escoltados por los dos equipos. Antes de empezar, se revisan de nuevo las redes. Después del trámite, Albiol pita y comienza el partido. El que enfrentó a Menorca y Arenal resultó excepcionalmente limpio, ya que no se vio una sola tarjeta.
Los colegiados explican que normalmente, en el descanso y al final comentan las jugadas en las que ha habido algún problema, “pero en este partido todo ha sido muy sencillo y no ha habido ninguna duda”, dice Da Silva. Gil abunda que “en esta categoría, se dedican a jugar”, algo que facilita la labor de los colegiados. No está mal, para variar.
Diario de Menorca
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