El equipo infantil del Atlético Málaga, formado solo por chicas, compite en la Liga masculina.

Las jugadoras son líderes de su grupo y se han convertido en el rival a batir en la Segunda provincial.

En pleno siglo XXI el fútbol femenino aún no tiene su espacio en la provincia de Málaga, aunque pueda resultar chocante y un tanto extraño. Ya han pasado diez años desde la entrada en el nuevo milenio y aún sigue sin existir la igualdad en este deporte. Un ejemplo de ello es el conjunto infantil femenino del Atlético Málaga, que esta temporada se ha visto obligado a jugar en la Liga masculina al no existir una competición equivalente para chicas.

Esta es la primera vez en Málaga que un equipo formado en su totalidad por féminas participa en una competición masculina. No obstante, esa era la única vía de escape para que las chicas que forman parte del Atlético Málaga pudieran competir y desarrollarse futbolísticamente. Hasta ahora, en las categorías inferiores los equipos son mixtos. Sin embargo, la directiva del club no cree que esa sea la solución. «Queremos que existan competiciones femeninas. Para ello, es necesario que la Federación se ponga las pilas. Deben poner facilidades para que los clubes se animen a formar conjuntos femeninos y dejar de poner trabas», protesta Isa Guerrero, entrenadora del equipo infantil del Atlético Málaga.

Algunas ciudades como Sevilla cuentan con diversas categorías femeninas, como la sénior, la cadete y la sub-12, de manera que las niñas pueden competir con otras jóvenes de su edad y no se ven obligadas a los 14 años a dar el salto a categoría sénior. «Las infantiles pueden jugar, como está ocurriendo esta temporada, con equipos masculinos. Sin embargo, a partir de esa edad la diferencia física con los varones es mayor y no se puede formar parte de la misma competición. La solución que se ha dado desde la Federación Malagueña es que nuestras cadetes formen parte del equipo infantil», explica Guerrero.

Objetivos

A pesar de las dificultades, el Atlético Málaga es líder de su grupo y se ha convertido en el rival a batir. Sin embargo, el ascenso está lejos de su objetivo, que es mucho más terrenal, como apunta su entrenadora: «Queremos que las jugadoras se formen y aprendan. Nuestra meta es que algún día puedan formar parte del primer equipo (que compite en la Superliga). De todos modos, si al final de la temporada estamos en puestos de ascenso ya decidiremos qué es lo más conveniente para ellas».

El esfuerzo y el tesón de los miembros de este club va mucho más allá de lo imaginable. Así, para inscribir al conjunto femenino en la Liga masculina han tenido que presentar diversas instancias en la Federación Malagueña, en la Andaluza y en la Española. Del mismo modo, han tenido que pedir un permiso por escrito a los padres de las futbolistas y a los clubes contra los que tienen que competir. A todo esto hay que unir el hecho de que durante la semana tampoco tengan un terreno de juego propio donde entrenarse. De este modo, su preparación física y con balón la hacen en el campo de Los Prados, y sus partidos los disputan en el de La Unidad. «Estamos muy agradecidas a los clubes que nos prestan sus instalaciones, porque al principio de la temporada tuvimos que entrenarnos los dos equipos séniors junto a las infantiles (es decir, un total de 50 jugadoras) en medio campo. Esto fue una locura, pero no estábamos dispuestas a renunciar al equipo infantil», afirma la preparadora. La mayor tristeza para todos los miembros del club ha sido tener que decir adiós, por falta de instalaciones, a su conjunto alevín.

Pese a todo, el Atlético Málaga es un ejemplo de lucha y de buen hacer, y gracias a su trabajo las infantiles son líderes indiscutibles de su grupo, y una de sus jugadoras, María Flores (de 14 años), ha sido convocada a un entrenamiento de la selección nacional sub-16.

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