Hay chicos que nacen con el fútbol dentro. Desde que ven un balón le dan patadas. O a una lata. Esos son los jugadores que, cuando se encuentran con el balón en sus pies, puede pasar cualquier cosa. Pablo Sarabia (11-05-1992) es uno de esos chicos. Vive, sueña y piensa sólo en fútbol. Y su fútbol es espectacular.
«Sarabia es calidad», así definió a la nueva joya de la cantera blanca Ginés Menéndez, seleccionador nacional Sub-17. Calidad, rapidez, regate y, sobretodo, gol. Y en este Mundial sub-18 Pablo está demostrando todo lo que es capaz de hacer. En el primer encuentro, ante el Sao Paulo, fue expulsado. Los nervios y la derrota le nublaron. Pero ante el Werder Bremen, con la clasificación en juego, dejó muestras de su calidad. Logró un hat-trick y fue el líder de su equipo.
Su juego ya ha llamado la atención fuera de España. El extremo ha sido seguido por equipos como el Arsenal, que busca jóvenes talentos. Pero él tiene claro dónde está su casa: «Quiero seguir creciendo en el Real Madrid, y ojalá juegue algún día en el Bernabéu, porque ese es el sueño de todos los canteranos», declaró.
Una joya, aún por pulir. Un joven privilegiado. La nueva perla de la cantera blanca crece demasiado rápido y es posible que muy pronto sea una de las referencias del primer equipo.
El Real Madrid tiene un hueso duro de roer para pasar a las semifinales. Los brasileños del Corinthians lograron clasificarse como primeros del grupo B por delante de Atlético y Peñarol, perdiendo únicamente el último encuentro.
AS
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