Mari Juana Balaguer
Los aficionados del Atco. Baleares han dicho basta y el domingo dejaron sentir su disconformidad en contra del entrenador, secretario técnico, jugadores e incluso mandatarios del club.Y es que el Atco. Baleares esta temporada se ha convertido en un banco de pruebas de jugadores. Ya se sabe que el que paga, manda y los entrenamientos semanales de los blanquiazules son de lo más variopinto.
Brasileños, argentinos, franceses, comunitarios, no comunitarios, vienen y van por el Estadi Balear enrolados con una plantilla pasmada, sorprendida, sin saber quién será su compañero mañana en el próximo entrenamiento.
Tal extravagante, incluso inaudita situación, no hace más que mosquear a los fijos en plantilla viéndose venir lo que ya está anunciando desde hace unas semanas el propio presidente Crespi y el domingo ratificado por el entrenador “Habrá bajas en enero para nuevos fichajes”.
Si a esta situación, inaudita en un club de fútbol que necesita seriedad, tranquilidad para funcionar, le añadimos la sospecha de que Gustavo Siviero, no tiene manos libres para hacer los once titulares y sus alineaciones son más ordenadas que propias – es difícil entender un once con los cinco nigerianos incluidos- podemos encontrar la respuesta a un Atco. Baleares sin identidad, sin idiosincrasia, sin naturaleza. Y a unos aficionados que se sienten engañados y que ven a su club como un barco que se dirige de nuevo a la Tercera División sin parada para repostar.
Mallorcaesports.es
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