Xisco Cruz
Engonga, el mejor jugador que jamás haya vestido la camiseta del Sporting, vuelve el sábado a Maó como técnico del Mallorca B.
Hace un buen puñado de temporadas que Engonga ya no viste la zamarra del Sporting, pero en Menorca nadie le ha olvidado. «Me extraña, porque soy un tipo muy raro», ironiza. El aficionado recuerda su elegancia en los envíos largos, su capacidad para generar juego y su explosión como futbolista, algo que le abrió las puertas de la Primera División. Desde que en 1986 firmó por el equipo de Maó, su carrera no se detuvo hasta que en el 2003 echara la persiana en el Coventry, en la segunda división inglesa. El sábado regresa al municipal y lo hace metido en el chándal de entrenador del Mallorca B. «Seguro que tengo más ganas de vencer que en otros partidos», advierte a sus amigos en la Isla.
Es el mejor futbolista que jamás haya pisado la hierba de Bintaufa jugando con el Sporting Mahonés. Así lo denuncia su hoja de servicios, trufada de éxitos a pesar de que el estreno en la máxima categoría le llegó a los 26 años, cuando fichó por el Valladolid. Pero nadie duda que Vicente Engonga Maté (Barcelona, 1965) es un mito deportivo en Menorca: «Llegué en una época muy buena», explica. «Tuve mucha suerte de estar cinco años allí en los que todo fue bien; ahora las circunstancias sociales y deportivas no son las mismas». Centrocampista de enorme clase, el Sporting le sirvió para llamar a la puerta de Primera. Tras actuar en Valladolid, Celta y Valencia, llegó al Mallorca en 1997 para vivir una de sus mejores etapas como jugador. Oviedo e Inglaterra fueron sus últimas estaciones, aunque Engonga todavía recuerda su vida en la Isla: «Sant Lluís, donde yo vivía, no ha cambiado mucho; Maó sí que lo ha hecho. Pero las tradiciones se mantienen, aunque el club no ha podido crecer tanto como se presuponía. En cualquier caso, llegué como un chaval y salí siendo un hombre».
Engonga cree que el Sporting no genera la misma ilusión que en la década dorada de los 80 porque «entonces no existía el Menorca Bàsquet. Era La Salle y no generaba lo mismo. Creo que por eso el Sporting Mahonés no ha evolucionado, aunque es un club serio y del que todos los jugadores que han estado allí hablan maravillas», anota.
Al banquillo
Lo cierto es que, toda vez que toda vez que acabó su ciclo como jugador, el catalán agarró los libros porque su deseo era ser entrenador. En el 2008 fue nombrado seleccionador de Guinea Ecuatorial, país en el que nació su padre antes de viajar a España para militar en el Rayo Cantabria y en la Gimnástica de Torrelavega. «Es diferente, ahora tengo una responsabilidad mayor», afirma a poco de llegar al banquillo del filial del Mallorca.
Sporting Mahonés y Mallorca B llegan a la cita con muchas prisas, porque sus dinámicas son negativas. El conjunto de Joan Esteva lleva cuatro semanas sin ganar y ha sumado 2 de los últimos 12 puntos en disputa, mientras que los mallorquines abordan el derbi tras encadenar 7 jornadas sin vencer y después de haber logrado 2 de los 21 puntos en juego: «Andamos en momentos y situaciones muy parecidas, porque a estas alturas 5 o 6 puntos de diferencia no son nada. Mucha de la seguridad de las próximas semanas dependerá de lo que suceda el sábado, aunque creo que ellos tienen mayor responsabilidad por jugar en su campo».
Vicente Engonga explica que las causas del mal inicio del filial del Mallorca son muchas, desde las lesiones hasta las citaciones del primer equipo. «Eso explica muchas cosas», analiza el entrenador, que suplió en el cargo a Jaume Bauçà el pasado día 31 y que el domingo se estrenó en Badalona con una derrota por la mínima. «Todavía no se puede ver el trabajo que puedo realizar porque todo vino de viernes a domingo y el sporting es un equipo hecho; pero nosotros tenemos la línea de juego de Bauçà que era buena», remata Engonga.
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