Bueno, pues Messi ganó el primer FIFA Balón de Oro. No lo esperaba, pero hay que reconocer que no sólo merecía estar ahí sino que Messi es tan justo ganador como lo hubiese sido Xavi. No así Iniesta, cuyo gol siempre le agradeceremos pero que más allá de ese momento histórico para nuestro fútbol tuvo una temporada irregular plagada de lesiones. Sin embargo, incluso el de Fuentealbilla ha quedado por delante del de Terrassa, y es que el gol es el mejor exponente de este deporte cuya virtud eleva a los altares a quien la posea.
Y ahí está Messi, que se harta a meter goles sin ser un delantero al uso. Pero el argentino es algo más, es un futbolista que desatasca, asiste, se asocia y define. Un jugador total al que sólo el mejor Cristiano puede hacer frente. Su año ha sido espectacular: ¿a cuántos futbolistas hemos visto completar individualmente una temporada como la de Messi en el 2010? Parecía imposible, pero fue incluso superior a la del 2009. Messi fue máximo goleador de la liga con 34 tantos, cifra que no se daba en nuestra competición desde que Ronaldo la alcanzara hace trece años, que le ha dado la Bota de Oro, y también ha sido el máximo goleador de la Champions con ocho goles, cuatro de ellos en aquella estratosférica noche ante el Arsenal, y en esta temporada lleva ya 19 goles ligueros.
Se le achaca el mundial, y aquí viene el embrollo. Sin ser mediocre, no anduvo fino como acostumbra. En una posición en la que Maradona quería que hiciese, precisamente, de Xavi, cumplió jugando alejado del área, por detrás del balón y no por delante, y fue quizá el mejor de un equipo que no jugaba a nada de la mano del Pelusa, pero fue insuficiente como para considerarlo mérito. En la historia de este galardón el máximo torneo del balompié ha tenido una relevancia fundamental. La tienen todos los torneos de selecciones, pero el Mundial especialmente. Como sabéis, hasta hace quince años no podían ser galardonados futbolistas no europeos, pero siempre que una selección europea ganaba el Mundial uno de sus jugadores era Balón de Oro con una excepción: la de Cruyff tras perder la final del 74 ante Alemania. Ahora ya hay dos.
Sin poder contar a Brasil en el 58, 62, 70 ni 94, ni a Argentina en el 78 ni el 86, en 1966 ganó Bobby Charlton tras ganar con Inglaterra; en 1982, Paolo Rossi tras triunfar en el Mundial de España con Italia; en 1990, Matthäus tras ser campeón con Alemania; en 1998 Zidane con Francia; en 2002, Ronaldo con Brasil y en 2006, Cannavaro con Italia. Siempre el mundial fue un baremo decisivo salvo en la figura de Cruyff, considerado uno de los mejores, si no el mejor, futbolista europeo de la historia. Beckenbauer fue segundo tras ganar el Mundial Alemania’74, pero ya había sido ganador en 1972 y lo volvería a ser cuatro años después.
No me parece injusta la elección de Messi, para quien los adjetivos se acabaron este año, pero no se ha procedido como se acostumbra respecto a la historia de este trofeo. Cannavaro lo ganó en una decisión que no convenció a muchos. Cannavaro primero y Buffon segundo representaban el estilo de la Italia campeona del mundo en 2006, como lo representaban Xavi e Iniesta para España. Si queríamos que lo ganasen Xavi o Iniesta no debería habernos parecido injusto lo de los jugadores italianos. Ahora bien, los transalpinos no tuvieron enfrente a un jugador como el Messi actual, ¿qué hubiese pasado entonces?
Otro dato curioso es la escasa relevancia de ser nombrado mejor jugador del mundial para el Balón de Oro: desde que se instauraron los balones de oro, plata y bronce mundialistas en 1982 y fuera Rossi Balón de Oro del Mundial y de France Football no se ha vuelto a repetir entorchado. En 1986 Maradona no podía ser ganador, que lo hubiera sido, y cayó en manos del soviético Belánov. En 1990 el mejor del mundial fue Schillaci, con Matthäus segundo. En 1994 fue Romario, en la última edición en la que un jugador no europeo no podía ser Balón de Oro y que fue a parar a Stoichkov, bronce en el Mundial tras Roberto Baggio. En 1998 fue Ronaldo, sin Zidane entre los tres mejores del Mundial de Francia (?). En 2002, Khan, con Ronaldo segundo. En 2006, Zidane, con Cannavaro tras el francés, y en 2010, Forlán, con Sneijder como plata y Villa en el tercer escalón. Ninguno de los tres nominados al FIFA Balón de Oro estuvo en el podio del Mundial.
Puede que exista el sentimiento de que nos han quitado algo, como lo sentiría también Holanda cuando vio que Sneijder no estaba entre los tres finalistas, y es que este año estábamos más cerca que nunca, pero creo que el fútbol ya nos ha dado lo que nos merecemos. Colectivamente somos los mejores, y de eso se trata. Hemos ganado Mundial y Eurocopa jugando al Fútbol, dos títulos que serán siempre recordados, pero éste es un trofeo individual, y ahí no tenemos al mejor. Ni falta que nos hace.
Notasdefutbol.com
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