El Mallorca y Cort están en guerra. Es una guerra fría en la que de momento no hay heridos, pero la tensión está a flor de piel. Hoy Jaume Cladera ha dejado a la alcaldesa en su sitio y le ha recordado que “hay que convencer con argumentos, no con ideologías radicales. Somos los ciudadanos los que elegimos a los políticos”. Naturalmente el presidente no está de acuerdo en que no pueda haber dos estadios en Palma, y además ha apuntado que “Son Moix no es un campo de fútbol, es un sitio donde jugamos porque no hay otro, pero no nos gusta”. Por cierto, que ya ha adelantado que el presupuesto del nuevo estadio sería de 100 millones de euros. Continúo manifestando mi excepticismo.
Mientras tanto, los aficionados del Atlético Baleares también están de uñas con la alcaldesa, y con toda la razón del mundo. Ayer a Calvo se le olvidó que en la ciudad no sólo existen Son Moix y el Lluís Sitjar. Allá por la Vía de Cintura también hay un campo de fútbol…y dentro de él un club de Segunda B.
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