Echando la vista atrás y rememorando las sensaciones que presentaba el Mallorca el verano pasado, podemos recordar la poca fe que casi todos le teníamos a la plantilla confeccionada por Serra Ferrer. La situación económica del club había obligado a cubrir las bajas de los jugadores más importantes de la plantilla con otros de un perfil más modesto aún al habitual, desde un holandés que llevaba dos años casi sin jugar por una lesión grave hasta dos brasileños desconocidos que habían pasado los últimos años jugando en Uzbekistán, pasando por canteranos inexpertos y jugadores recuperados tras cesión. El único jugador que de verdad levantaba expectativas fue el último en llegar, un goleador argentino, muy prometedor en el pasado, que tras pasar por Rusia y Francia se había hecho un nombre en Europa.
A pesar de que a la llegada de Cavenaghi, se unía el haber podido retener a Castro, Nunes, Ramis o Aouate, el objetivo era claro, permanecer una temporada más en primera. Con una directiva, un entrenador y una plantilla nuevas, la salvación era el objetivo supremo y suspirar por cotas más altas no solo se antojaba difícil, sino algo propio de los más exagerados optimistas.
Ya se ha consumido la primera mitad de la liga, y atendiendo al contexto en el que empezó la temporada, no podemos calificar más que de notable el rendimiento dado en estos meses de competición. El equipo está noveno, muy cerca de los puestos europeos, y con 27 puntos en el casillero, prácticamente dos tercios del puntuaje necesario para la salvación puntuando contra Madrid, Barcelona, Valencia y Sevilla. Se ha solventado la falta de goleadores con la aportación de muchos jugadores diferentes y hemos podido comprobar que en la cantera tenemos jugadores más que válidos para el primer equipo. Sin duda, hasta ahora se han superado las expectativas.
Ahora bien, el primer tramo de temporada necesita de una visión más global que matice la buena nota obtenida hasta ahora, ya con el paso de las jornadas ha habido demasiados claroscuros que deberían solucionarse de cara a las próximas 19 jornadas.
Como viene ocurriendo en estas últimas temporadas, el rendimiento del equipo en casa dista mucho del obtenido como foráneos, de hecho, el Iberostar Estadi es el campo que menos goles visitantes ha visto de toda la categoría, con sólo 5 encajados, mientras que fuera de casa la situación es totalmente la opuesta, ya que con 20 tantos en contra, la defensa del Mallorca es la tercera más goleada. La comparación pasa a ser escandalosa si tenemos en cuenta que en la mayoría de partidos jugados fuera de casa Laudrup utilizó sólo un delantero y dos pivotes defensivos para proteger la línea defensiva.
También llama mucho la atención la diferencia de rendimiento dependiendo del tipo de rival que haya enfrente, así contra los equipos grandes, el Mallorca da la cara y araña puntos, mientras que en ocasiones contra equipos de nuestra liga, con mayores apuros y dificultades, el equipo se viene abajo y no reacciona. Partidos como el de Zaragoza, Sporting, Rácing o Deportivo no deberían de habérsenos escapado de la manera en que lo hicieron. Cierto es que somos el Mallorca, que es lógico que perdamos partidos, pero la falta de concentración que se mostró en algunas derrotas fue imperdonable. Aún así, está visto que Laudrup quiere hacer que su equipo toque y sea capaz de mandar con el balón, pero está visto que los equipos más defensivos nos hacen sufrir y los que nos regalan espacios son a los que mejor metemos mano, un hecho que seguramente se deba a que los jugadores que tenemos en el centro del campo aportan más dinamismo que toque de balón.
Los altibajos ligueros también se trasladaron a la copa del rey, en la que completamos una gran eliminatoria contra un Sporting que ya nos había ganado en su campo, pero luego caímos con estrépito ante el colista Almería, que nos marcó ocho goles en dos partidos y en nuestro campo se puso con cero a cuatro al descanso. Varios jugadores han sido señalados por aquella eliminatoria, especialmente Ratinho, pero no es menos cierto que Laudrup, tras mostrarnos un brillante planteamiento en el partido de vuelta ante el Sporting, cometió el fatal error de formar una línea defensiva totalmente inédita.
Hay muchas cosas a mejorar en esta segunda vuelta, veremos si algunas de ellas se solucionan con los movimientos que se darán en durante este mercado de invierno, pero lo cierto es que por muy arriba que nos estemos permitiendo mirar ahora, no debemos perder de vista nuestro objetivo, en este año de transición, retener el mayor activo que tenemos, ser uno de los veinte equipos de la liga BBVA.
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