Ganó el fútbol. Aunque unas líneas más abajo se diga que el Penya Ciutadella alzó la Copa (1-3). Se impuso el espectáculo por encima de todo, el que brindó la afición de Es Migjorn Gran, que acabó aplaudida por los dos equipos, y, en menor parte, la del Penya, mucho más joven aunque no por ello menos brava. Del partido, destacar la calidad del Penya Ciutadella que propició que la Copa Regional regrese a la ciudad de Ponent 12 años después.
Un ambiente espectacular precedió a un partido que no lo fue tanto. El Penya Ciutadella jugó más y mejor en el primer tiempo y, quizás, se llevó un premio excesivo por lo visto sobre el terreno de juego. Dos estocadas del conjunto de Damià Bosch sirvieron para premiar su mejor juego aunque no calmaron los ánimos a una grada teñida de verde y blanco, más animada que en cualquier otra disciplina deportiva de la Isla, y que dio un ejemplo de hermandad y de no cesar de animar, a pesar de la adversidad.
El Penya Ciutadella se presentó al partido con un equipo joven pero más técnico que el del Migjorn. Con un centro del campo al que le gusta mover el balón y un ataque que genera peligro constante doblegó a un rival que acusó en ciertos momentos la falta de ideas y que abusó del pelotazo.
La primera parte fue entretenida, con ocasiones por ambos lados. Por el Migjorn, Santi recibió un pase de Adán y su disparo se fue fuera, mientras que el Penya se topó con un riguroso penalti por manos de Joan, que Torre aprovechó para colocar el 0-1, a los 22 minutos. El tanto no desalentó a los migjorners, que tuvieron el empate en un remate de Sergi que desvió Moll a córner.
Los minutos fueron pasando y el Penya asentó su superioridad en el juego con incursiones de sus habilidosos jugadores. El Migjorn se limitaba a aguantar las acometidas esperando una opción a la contra. Pero un saque de falta al borde del descanso, muy protestado por José Carlos al considerar que no había colocado la barrera, lo aprovechó Newman, libre de marca para hacer el 0-2. Acto seguido el colegiado señaló el final.
Tras el paso por vestuarios el partido perdió brillo y ganó en intensidad. El Penya Ciutadella siguió moviendo el balón y gestando opciones. El Migjorn reclamó un penalti por manos y el equipo de Damià Bosch respondió con el 0-3. De nuevo balón colgado que, tras un mal despeje de Rubén, cae a los pies de Albert, que cruza ante José Pedro. La efusividad con la que los jugadores azules festejaron el tanto enfadó a la afición de Es Migjorn Gran, que ‘atacó’ entonando el ‘Es Mahón’.
El equipo de José Triay sacó lo mejor de sí para enviar un balón entre líneas a Salleras, en el minuto 78, que el delantero ejecutó magistralmente ante Moll. Esa acción avivó el partido y a los jugadores, que sacaron fuerzas de donde no las había.
Pero la acción curiosa y surrealista llegó en el 87 cuando en una galopada de Manu, el colegiado señaló falta de Rubén y le sacó una tarjeta amarilla que se suponía era la segunda. Los migjorners protestaron y el árbitro consultó con su asistente, que determinó saque de puerta y dejó la amarilla en tierra de nadie.
Tras el pitido final, el Penya alzó la Copa y los dos equipos y las dos aficiones se abrazaron.
Diario de Menorca
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