El filial amarillo empezó mandando sobre el terreno de juego y fue capaz de frenar la euforia inicial de los locales gracias a su tranquilidad a la hora de sacar el balón jugado desde atrás. El Jaén presionaba muy arriba, pero los futbolistas amarillos se movían muy bien entre líneas para ofrecerse y tener siempre una salida.
El Villarreal B estaba tranquilo y la poblada grada del estadio La Victoria se temía lo peor. Cuando más controlado estaba el encuentro llegó el varapalo más inesperado. A la media hora de juego el examarillo Álex García se sacó un preciso centro desde la banda izquierda que fue rematado con la cabeza por su compañero Esparza en el segundo palo. El fútbol estaba siendo injusto con el filial.
Pese al golpe del gol local, el Villarreal B no se descompuso y continuó con su juego de toque a la espera de sacar las garras. A falta de cuatro minutos para el descanso se hizo justicia en el marcador. Cristóbal se sacó de la chistera un genial pase interior por alto y Gerard tocó el balón lo suficiente como para evitar la salida del portero y que el defensa Galera protagonizara un fallo garrafal en su intento de salvar el gol amarillo en la misma línea de gol. El tanto del catalán llevó la euforia hasta la grada en la que estaban los aficionados amarillos desplazados hasta Jaén.
Al final de la primera parte la sensación que dejaba el encuentro era que el filial amarillo podía sentenciar en cualquier momento. El tridente formado por Gerard, Joan Tomás y Chando tenía velocidad suficiente como para hacerle daño al Jaén a la contra. Además, Marcos realizaba una fantástica labor de contención en la posición de ‘stopper’.
La segunda mitad empezó con muchos nervios para ambos equipos. Ninguno de los dos arriesgaba con el balón en los pies y el choque entró en una fase de igualdad. El filial amarillo se dio cuenta de ello y bajo la batuta de Matilla se tranquilizó.
Así, en el minuto 59, el Villarreal B dio la estocada definitiva. Matilla, como no, abrió a banda derecha hacia Joan Tomás y el mediapunta amarillo centró raso para que el ‘pichichi’ Chando se adelantara a la defensa y al portero local para elevar al filial hasta la gloria con la puntera de su bota.
De ahí hasta el final del partido el Villarreal B se limitó a controlar el partido mientras que el Real Jaén lo intentaba a la desesperada con balones colgados. Con el pitido del colegiado la locura se apoderó de los componentes de la expedición amarilla. Jugadores, cuerpo técnico, directiva y aficionados se fusionaron en una fiesta digna de Segunda División A.
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