Ya estoy en Valencia. He sido presentado como nuevo jugador de uno de los clubes más importantes de España, y comienza de esta forma una nueva etapa para mí. Atrás dejo muchos años vistiendo la camiseta del Mallorca, primero en las categorías inferiores y más tarde como jugador del primer equipo. Han sido unos años inolvidables, en los que he crecido como futbolista y también como persona. Nunca habría podido llegar hasta aquí, ni habría disfrutado del privilegio de jugar con las categorías inferiores de la selección española sino hubiera sido por el trabajo constante y también por la apuesta que un día hizo el club por mí.

No quiero dar nombres en la hora del adiós, porque seguro que me dejaría a muchos, aunque sí debo mencionar a Gregorio Manzano, quien no en vano ha sido mi entrenador durante la mayor parte de mi carrera como futbolista en Primera división.

Ahora que comienzo una nueva etapa quiero, por encima de todo, agradecer el apoyo y el cariño que siempre me ha dado la afición del Mallorca. Hay quien dirá que es fría, pero conmigo siempre se han portado a las mil maravillas, y hay momentos, como aquél de la temporada pasada en el que el estadio coreó mi nombre mientras calentaba, que NUNCA olvidaré. Desde luego que si este año tengo la suerte de jugar en el ONO Estadi será para mí una sensación muy extraña. Pero deseo de todo corazón que las cosas vayan lo mejor posible para el equipo y para el club que representa nuestras islas.

Valencia queda cerquita de Mallorca, aunque seguro que echaré de menos a tantos amigos, y especialmente a mi familia, sin los cuales no habría podido cumplir mi sueño de ser futbolista de Primera división. Una vez más, un millón de gracias a todos los que habéis estado conmigo durante estos años, y mucha suerte.