Obsesión por el gol. Así es como define a bote pronto Cristóbal León el primer requisito que debe tener todo delantero centro. El punta catalán del Sant Rafel, el último llegado a la nave sanantoniense en el mercado invernal, no se lo piensa y remata su afirmación a un solo toque: «El ariete que no viva obsesionado por marcar, no verá puerta. Ésa es la filosofía».
De momento, este badalonense suma tres dianas –ante la Penya Arrabal, el Binissalem y el Poblense– en los siete partidos en los que Mario Ormaechea ha apostado por él para formar el ataque blue. Pese al lógico proceso de adaptación de todo recién llegado, Cristóbal no se da por satisfecho, recalcando que dos de los goles llegaron de penalti. «Hay que meterlos, es verdad, pero creo que puedo hacer más goles. Voy a aprovechar mis oportunidades», explica este ´matador´ de 23 años, que de niño soñaba con vestir la camiseta del club de su ciudad natal.
Aunque Joan Manuel Serrat cantó aquello de «¡Qué bonito es Badalona!», el futbolista del Sant Rafel no pudo ser profeta en su tierra y se quedó con las ganas de pisar el césped del Camp del Centenari. Rubí, en dos ocasiones, Ripollet y Premià fueron las ´áulas´ de Preferente, Primera Catalana y Tercera donde el jugador catalán fue forjando una capacidad goleadora que espera exhibir en la isla.
Por ahora, aunque llegara desde los once metros, la pena máxima que transformó contra el poderoso Binissalem dio el empate a los rafelers el pasado 30 de enero. Gracias al gol, un punto más de moral para «una plantilla unida dentro de un club familiar», como define Cristóbal su nuevo entorno profesional.
«Ganar en casa al Felanitx (mañana, a las 17 horas) nos tiene que ayudar a acercarnos a esa barrera de los 45 puntos que marca la salvación. Cuando la superemos, el míster se va a encargar de mantener la presión», comenta el jugador, encantado en un ambiente que difiere bastante del que le tocó vivir en Premià de Mar, donde el club no pagaba a la plantilla.
Todos estos factores incitan a Cristóbal a intentar quedarse en uno de los equipos «que más corren y presionan» del fútbol español. Para ello, el delantero quiere ganarse la ficha para el próximo curso haciendo lo que mejor sabe: perforar la portería rival. «Me marco llegar a diez goles», promete.
Físico al estilo del Sant Rafel
Con sus 187 centímetros de altura, Cristóbal se convierte en un peligroso referente en el área. Según el ariete, el juego directo del Sant Rafel «favorece» sus condiciones.
Diario Ibiza
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