A un millón de euros ascenderá el presupuesto del Eivissa en Tercera División para la próxima temporada. Es la cantidad que se considera necesaria para hacer frente a una campaña en la que el Eivissa, además de en lo deportivo, debe recuperarse en otras muchas cosas y los inversores italianos han cuantificado en un millón de euros la cantidad necesaria para formar un equipo de garantías para ascender a Segunda División B.
El plan de los nuevos inversores/propietarios de la entidad es dedicar al Eivissa cinco millones de euros en los próximos cuatro años, aunque el plan inicial es quinquenal.
La salvedad se produce este año en el que el Eivissa ha generado una deuda de un millón de euros, según reveló su presidente Pedro Ortega en la asamblea de finales de junio, mientras se pasó todo el año proclamando a los cuatro vientos, tanto él como sus palmeros, que el club no debía más de trescientos mil o que el maligno económico del club era el Grupo Tarradellas, que no pagó ni paga. Ni Ortega lleva a los tribunales por impago después de haberse llenado la boca de amenazas y plazos de pago, llamadas de teléfono y visitas a Barcelona. Cero resultados.
La pésima gestión económica de Ortega fuerza a los inversores/propietarios a depositar un millón de euros para saldar la deuda de la pasada temporada y la misma cantidad para construir un equipo a partir de las cenizas sin rescoldo del pasado.
A partir de ahora la palabra de Ortega en el Eivissa no tendrá demasiado peso, pese a que él se esfuerce en decir todo lo contrario. Su tono puede ser muy vehemente pero ni lo más mínimo convincente. El duo Stina-Schipiani en lo económico y Giuseppe Materazzi en lo deportivo serán los responsables de la gestión en el club. Del resto de la directiva, los propietarios tienen depositada su confianza en Andoni Valencia, Ibon Begoña y Alberto Niño, que serán mal que le pese al propio presidente, cada uno en su parcela, personas de peso específico para gestionar adecuadamente el millón de euros de que va a disponer la entidad para afrontar el camino de retorno a Segunda División B.
El resto de directivos, comenzando por Pedro Ortega, presidente federativo del club, y acabando por Pepito Bufí, presidente de honor del Eivissa, tendrán poco que hacer y menos que decir dentro del club deportivista.
Y si no como ejemplo, ver la trayectoria de Tolo Darder en los últimos meses. El martes 13 de enero es presentado como Director Deportivo del club, cuatro meses más tarde cambia el cargo por el de responsable de las relaciones institucionales y cuando accede Antonio Stina al cargo, en su presentación, le designa jocosamente como Ministro de Exteriores. Darder no necesita tomar unas lecciones rápidas impartidas por Abel Matutes. Ni el resto tampoco porque no habría oportunidad de llevar a cabo las prácticas.
Como afirma un dicho muy ibicenco, «quien paga, manda». En el Eivissa es sobradamente conocido quien paga, quien manda y quien no pinta absolutamente nada en el club. Aunque sea amigo de José Redondo Cano, ‘Pepe Macy’.
Categoría: Tercera
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