Pocas lecturas nuevas pueden extraerse del partido amistoso que jugaron ayer tarde en Can Misses el Atlético Isleño y la Peña Deportiva. Todo transcurrió como estaba previsto de antemano: el equipo de Santa Eulària es muy superior al de Vila y mientras el primero luchará en la Liga por el título de Liga el segundo intentará evitar el descenso.
El partido tuvo poca historia porque duró algo más de media hora, hasta que la Peña marcó su segundo gol —los dos tantos fueron a balón parado–, pero la conclusión que se puede sacar del encuentro es que el técnico Paco Onrubia tiene una plantilla con muchísima calidad técnica y encima obliga a sus futbolistas a que se pongan el mono de trabajo para presionar e intentar robar el balón a su rival. La primera media hora de la Peña fue muy aceptable, ilusionante.
Después se dejó llevar por los cambios, algunos obligados como los de Berto y Aparicio, con lesiones musculares, y poco más.
Por su parte, el Atlético Isleño empezó bien asentado en el campo y tocando el balón, destacando el nuevo fichaje, Ausín, que distribuyó con criterio el esférico, pero se fue difuminando con el paso de los minutos porque estuvo demasiado solo en la zona ancha, donde la Peña dominó con el buen hacer de Julio César.
El primer gol, encajado en el minuto 21 tras un fallo en la recepción del balón del portero, y otro gol imparable de falta directa doce minutos más tarde, hundieron a los isleños que necesitan como agua de mayo un defensa central, dos centrocampistas y dos delanteros.
El club sabe que se necesitan estos fichajes y se trabaja para contratarlos, pero el tiempo pasa y el inicio de la Liga se acerca peligrosamente.
Pocas conclusiones más se pueden sacar del encuentro de ayer porque en la segunda parte hubo un carrusel de cambios en los dos equipos y el partido no tuvo ningún interés.
Diario de Ibiza
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