0-1. Injusta derrota del Ibiza, que no supo aprovechar sus ocasiones.

SEBASTIÁN CANDELA El Ibiza cosechó ayer su primera derrota en la Liga Nacional juvenil tras un partido que pudo ganar si hubiera aprovechado alguna de las tres claras ocasiones de gol que tuvo en los últimos instantes del encuentro.

Omar, Ferrer y Álvaro tuvieron en sus botas el triunfo, pero los dos primeros no acertaron en el remate y el último envió su disparo al poste. La derrota, sin duda, fue injusta, pero este equipo tiene calidad y carácter para recuperarse de este negativo resultado en el primer partido que jugaba ante sus aficionados.

El Ibiza, en el que juegan prácticamente todos los mejores juveniles de las Pitiusas, fue el que llevó el peso del partido desde el primer minuto, mientras los mallorquines esperaban muy ordenados en la defensa y disciplinados en la zona ancha.

Los ibicencos no estuvieron cómodos y tuvieron problemas para salir con el balón controlado por culpa del trabajo de sus rivales y también porque las líneas estaban muy separadas, lo que hizo que el balón se paseara por las defensas y evitara la zona de creación. Además, Nil estuvo demasiado solo en ataque.

La primera parte fue intensa y todos los jugadores se emplearon a fondo. Sabían a lo que querían jugar. Los ibicencos querían llegar jugando el balón, pero no lo consiguieron y los visitantes sabían que la única posibilidad que tenían era jugando al contragolpe.

Así, con marcajes férreos, sin concesiones y sin ninguna ocasión clara de gol se llegó al descanso.

El Ciutat de Palma salió más centrado que su rival en la segunda parte y marcó en la primera y única ocasión que tuvo. Fue en el minuto 53, cuando Lucas aprovechó la falta de concentración de la defensa para marcar el único gol de partido.

El Ibiza no se rindió y siguió jugando con ideas, pero ayer faltó profundidad y las ocasiones de gol sólo llegaron en los últimos tres minutos.

La oportunidad más clara fue en el minuto 87, cuando Omar envió un balón alto desde el área pequeña; a continuación Ferrer envió un balón pegado al poste y después Álvaro envió un balón con mucha intención desde muy lejos, pero el esférico se estrelló en el poste. Samu, de cabeza. también lo intentó, pero el balón no quiso entrar.

Así acabó el encuentro, con la desesperación de los deportivistas por no haber aprovechado sus ocasiones, pero también con la certeza de que se habían entregado en cuerpo y alma por ganar y con el convencimiento de que jugando así los resultados llegarán, pero deberán juntar más sus líneas para superar a unos rivales que intentarán destruir toda su creatividad.

DIARIO DE IBIZA