María Álvarez Maó
Todos sabemos cuán difícil es para un futbolista menorquín dar el salto, o, simplemente, cruzar el charco. Afortunadamente, lejos quedan ya los años en los que hubo un mayor aislamiento, y por fin se ha mejorado cualitativamente en el aspecto de poder ofrecer más salida a los jugadores punteros de la Isla, aquellos que destacan por encima del resto, cuya calidad diferencial puede percibirse con un simple gesto en el campo.
Hoy, los equipos de base del RCD Mallorca se nutren más que nunca de jugadores menorquines. Figuras como Sergi Enrich y Rubén Carreras, cuyo trabajo y dedicación por el fútbol, unido a su valía o talento innato, les ha valido para hacerse un hueco en el filial del conjunto que dirige Gregorio Manzano. O como Raúl Sintes y Miquel Reynés, forjados en la cantera del Atlético Villacarlos, y que en la actualidad son bazas importantes en el Juvenil de la Liga de División de Honor. Todos ellos, menorquines, buscan un futuro mejor en el mundo del fútbol y una oportunidad de continuar creciendo lejos de la Isla que les vio crecer como deportistas.
El caso más destacado es, sin duda, el del ciutadellenc Sergi Enrich. Criado en el seno futbolístico de Son Marçal, abandonó Ciutadella siendo aún cadete y ha demostrado estar constantemente una categoría por encima del resto. Pronto dejó atrás a sus compañeros en el Juvenil de División de Honor y se embarcó en la nave de Jaume Bauzà, con el Mallorca B en Tercera División. La calidad y los goles de este delantero menorquín fueron imprescindibles para que hoy el filial del Mallorca milite en la Segunda División B. Más aún, con dos goles en tres jornadas, Enrich se perfila ya como ‘matador’ imprescindible de este proyecto. Su entrenador, Jaume Bauzà, está encantado con él: “Sergi realizó una grandísima temporada el año pasado y estamos muy contentos con él. Ahora tiene que continuar en esta línea. Es un valor que se está consolidando en el equipo”.
Enrich sabe lo que es estar convocado con la selección absoluta y sabe lo que es debutar con un equipo de Primera División. Lo hizo, además, en el campo de un viejo conocido, el Sporting Mahonés, cuando Manzano lo convocó para suplir la baja de otro grande, Aduriz, en la disputa del Trofeo Illes Balears de 2008.
Ahora Enrich comparte equipo y amistad en Mallorca con otra joven joya del fútbol menorquín que sigue encandilando allá donde recala. El ex del Sporting Mahonés y causa indiscutible del ascenso de los blanquiazules a la nueva categoría, Rubén Carreras, cumple sus primeras jornadas como jugador del Mallorca B, contando además, con la confianza de su nuevo técnico desde el principio: “A Rubén lo conocíamos de su etapa en el Sporting. Es un jugador muy completo, capaz de hacer mucho daño al rival. Lo necesitábamos y está participando en el equipo. Espero que se convierta en una pieza importante para nosotros”, explica el técnico, Jaume Bauzà, que también conoce a otra joven perla menorquina, Raúl Sintes, militante en el equipo de División de Honor Juvenil, junto con Migue Reynés. “A Raúl le queda un último examen con el equipo juvenil”, comenta Bauzà, que confió en el chaval en la primera jornada de liga y le hizo debutar en Segunda B. Sintes, procedente de la cantera del Atlético Villacarlos, cumple su quinto año como jugador del Mallorca. Abandonó Menorca como cadete y hoy presume de haber formado parte de la selección española sub-18 y de haber tenido la posibilidad de realizar la pretemporada con el filial del primer equipo.
Junto a él, Miguel Ángel Reynés, también ‘villacarlino’ de pro y centrocampista como pocos. Los que le han visto jugar lo califican de gran organizador, un futbolista dinámico y creativo, con mucha capacidad y una gran proyección. Una apuesta segura.
Hoy más que nunca, el RCD Mallorca se nutre de jugadores menorquines. Ya van cuatro… de momento.
DIARIO DE MENORCA
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