Por un día, y sin que sirva de precedente, me permitiréis que no hable del Mallorca. Hoy quiero referirme a la situación límite por la que atraviesa el fútbol balear, con la mayoría de sus clubes al borde de la ruina. Durante las últimas temporadas, y aprovechando la bonanza económica, se dispararon los salarios de los futbolistas, hasta el punto de que había jugadores en Tercera que cobrarán más de 4.000 euros al mes. Por supuesto era una situación que no podía durar, y ya ha explotado.

El 90% de los equipos de Tercera no pagan lo que habían prometido, y ya hay muchos que se plantean retirar al club de la competición nacional. Todo eso se traduce en protestas contínuas de los jugadores, que no les van a servir de nada, porque no hay un duro ni nadie que quiera ponerlo.

Ojo a lo que puede pasar este verano, y no hablo sólo de la Tercera División. La fórmula del concurso voluntario de acreedores puede ponerse de moda en todo el fútbol profesional. ¿Y sabéis lo peor? Que al final, de una forma o de otra, esta enorme deuda que han generado lo clubes la vamos a acabar pagando todos nosotros, como ya ha sucedido en el pasado en varias ocasiones.

Me parece un escándalo que Hacienda tenga mano ancha absoluta con los equipos profesionales de fútbol y en cambio a cualquiera ciudadano de pie le embargan la cuenta sin contemplaciones por una deuda de 50 euros.

FUENTE FUTBOL CONSULTORIO