Se las conocía por su mirada. Aplacaron los nervios con ilusión, el denominador común en Raquel Carreño, Laura Ortíz, Noelia Gil y Paula López, las representantes anoche de la Selección Femenina Sub-17, que se coronó el pasado verano campeona de Europa y ahora se erige como Premio Promesa. Estas 18 chicas dieron a España su segundo título continental consecutivo, algo que sumado al bronce en el Mundial confirma la buena salud del fútbol femenino. Pendientes de ellas estuvieron el seleccionador Jorge Vilda y la presidenta del Atlético Féminas, Lola Romero. «El mayor valor del galardón es que lo eligen los aficionados», agradeció el técnico madrileño.

Las chicas ganan adeptos, como quedó patente en las votaciones de los lectores de AS, donde se impusieron a la Selección masculina Sub-19. «Por fin hemos logrado quedar por encima de los chicos en algo. Al principio pensé: ‘No ganamos ni de broma’, pero mira», explicó Laura, mientras Raquel completó: «Movilizamos a la familia, amigos y compañeros del instituto. No pensábamos conseguirlo». De hecho, a Paula le costó asimilar que el Premio finalmente se conjugara en femenino: «Al decírmelo fui corriendo a por el AS para comprobarlo». Pero si hay un momento que une a las campeonas, que las retrata, es el instante en que Alba Pomares dio la victoria a España. «Hay que vivirlo, no se puede contar. Se me saltaron las lágrimas», confesó Noelia, la guardameta que no encajó un gol en todas las fases del Europeo.

Al final, la emoción las embargó. Primero tras fotografiarse con Cristiano («Nos ha subido las pulsaciones») y después, al recoger el galardón de manos de Vero Boquete. Mientras, sueñan con un futuro donde los éxitos sigan cimentándose en la amistad y el esfuerzo.

Maite Martín(as.com)