Hace un mes que José Carrillo disfruta del fútbol en el Mallorca de División de Honor. Este granadino de 16 años preparó sus maletas rumbo a la isla vecina para firmar con el conjunto bermellón después de dejar una huella imborrable en el Sant Jordi de David Torres, donde fue titular en los 17 partidos que jugó -1420 minutos-. El central se marchó con tristeza de Can Guerxo, pero con ilusión y esperanza al mismo tiempo. Se le abrían las puertas de un club grande.
De momento, el protagonismo de este joven central en el bloque mallorquín ha sido escaso. Su participación se reduce a diez minutos en el partido que su equipo jugó con la Damm en tierras catalanas (1-0). Aún así, esta promesa trabaja duro cada día para ganarse un puesto en el once titular. «Hace poco que estoy aquí y es normal que me cueste entrar en el equipo, pero poco a poco me voy adaptando; espero jugar un poco más con el paso del tiempo», manifiesta el defensa.
En Mallorca, José reside en una casa de acogida, donde, según nos cuenta, es muy feliz. Además, el club le paga un pequeño sueldo cada mes para sus gastos. El día a día del zaguero es muy llevadero y cada día tiene que ponerse el mono de trabajo para ir a entrenar. «La vida aquí no tiene nada que ver con la que tenía en Ibiza. Nos ejercitamos prácticamente toda la semana y los entrenos son muy duros y exigentes. El ritmo es muy alto. Para que te hagas una idea, un partido de Liga Nacional es como un entrenamiento de División de Honor», sostiene.
La competencia que hay en el equipo también es feroz, según relata José. «Casi todos los jugadores somos de primer o segundo año. Y todos queremos jugar, por lo que la rivalidad es máxima. No te puedes dormir y no hay lugar para la relajación».
El central, que firmó con el Mallorca por tres años, es ambicioso y su deseo es triunfar en el primer equipo. «Sé que es muy complicado llegar, pero mi sueño es jugar en el Mallorca, en Primera División. No he venido a aquí a hacer turismo ni a visitar la Catedral. Mi objetivo es currármelo cada día para llegar arriba», sentencia.

«Hecho de menos Sant Jordi»
José Carrillo caló muy hondo en el vestuario del Sant Jordi. Fue un jugador muy querido y se ganó el respeto de todos enseguida. El defensor explica que «me acuerdo mucho de mis compañeros. He pasado unos meses muy bonitos y nunca olvidaré el buen trato que recibí. Hecho de menos Sant Jordi y también a David Torres, que es una gran persona y un buen entrenador».

Francisco Natera

Fútbol Pitiuso