Ninguno de los tres equipos menorquines que militan en Tercera División cubrirá el presupuesto al término de la temporada.
Lluís Orfila
La temporada en Tercera División se adentra en su tramo decisivo, aunque más allá de la coyuntura deportiva, crítica y de difuso devenir en el caso de Alaior y Ferreries, la vertiente económica es la que ocupa un primer término para los clubes menorquines inmersos en la competición. Los tres anuncian en voz de sus presidentes un seguro déficit en relación al presupuesto previsto en el albor del curso, y no ocasionado por su falta de rigor o prudencia.
La exagerada demora o ausencia de pago de las subvenciones acordadas con las administraciones públicas es la causa principal del extremo. En estas páginas, cada mandatario analiza el presente y futuro inmediato de la entidad que gobiernan, tanto en la vertiente deportiva como económica. Ninguno rechaza seguir combativo en el campo, pero advierte de las dificultades que implica mantenerse en la liga balear, cada vez más ruinosa, en sinergia con la totalidad del deporte de perfil modesto en España.
«Es evidente que nuestra situación es difícil; no tenemos dinero para reforzarnos, pero lucharemos mientras haya opciones», explica Antoni Alzina, presidente del Alaior. El cuadro albinegro, colista de la Tercera Balear, avizora la salvación a cada jornada más lejana. Pese a ello, su máximo dirigente matiza que «bajar no será ninguna deshonra. Quiero ser optimista, pero lo veo muy negro». Alzina se muestra crítico con «los arbitrajes; terribles para los equipos débiles», valora que «la Regional es más barata que la Tercera, y eso que aquí nadie cobra, aunque fueron los socios quiénes quisieron continuar en la categoría», y desvela que «no cubriremos el presupuesto». «Apenas tenemos ingresos por taquillas y publicidad, sin olvidar que nos debe dinero el Consell Insular, el Ajuntament de Alaior e IB3, y algunas cantidades son incluso de la temporada pasada», abunda el presidente del Alaior, que en relación al futuro equipo admite que «no hemos mirado nada; si bajamos, trataremos de confeccionar el mejor equipo posible para Regional». Un parecer similar arroja Mingo Martí, presidente del Ferreries. Al equipo azulgrana, penúltimo clasificado, le sobreviene un tramo de calendario aterrador.
«Veo imposible salvarnos con los arbitrajes que tenemos. Lucharemos hasta el final, pero está muy complicado», expone el dirigente. Preguntado por la economía del club, Martí anota que «déficit no tendremos, al menos no generado por nosotros, pero ocurre que IB3, el Consell y el Ajuntament nos deben dinero; si cobramos todo, los números cuadrarán». «De momento no hemos pensado en la plantilla del año próximo, irá en función de la categoría en que militemos», concluye el presidente azulgrana al ser cuestionado por la planificación deportiva, admitiendo a su vez que «la plantilla no está al día de cobros».
Alejado de la problemática clasificatoria del otro par de equipos insulares, el Mercadal (noveno en la tabla) tampoco escapa sin embargo de la crisis financiera que golpea a todos sin distinción. «Estamos tranquilos por nuestra clasificación», abre Antoni Pallicer, presidente rojiblanco, sosiego que no es parejo en la vertiente económica; «hace un par de días hicimos números… y si todo el mundo cumple, tendremos un ligero déficit al cerrar el ejercicio», detalla el directivo.
«La Federación, las administraciones públicas e IB3 nos deben dinero, del año pasado y de este; por todo ello se nos está haciendo difícil soportar la Tercera», prosigue Pallicer, que reconoce «adeudamos el mes de febrero a la plantilla», que además, para el próximo curso, sufrirá un «recorte del 20 ó 30% en relación al coste del presente, como ya hicimos el verano anterior». «El mes que viene iniciaremos la planificación, hablaremos con Yeray y analizaremos jugadores», sentencia Pallicer.
UH Menorca
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