«Hemos sufrido muchísimo durante toda la temporada y también hemos superado demasiadas adversidades como para ahora perder la categoría en una hora y media. Es cuestión de amor propio. Es un reto personal que nos hemos fijado todos». Este es el sentir general de la plantilla y cuerpo técnico del Atlético Isleño, que el próximo domingo se juega el descenso en el partido que jugará ante el Platges de Calvià.

Decididas ya dos plazas de descenso –Alaior y Ferreries–, en la última jornada que se juega este fin de semana se decidirá qué otros dos o tres equipos les acompañan en Regional. Hay que recordar que esta temporada bajarán cuatro equipos seguros (los tres últimos estipulados de antemano y el cuarto por la cola por el descenso a Segunda B del Manacor), pero es posible que desciendan hasta cinco conjuntos si el Sporting Mahonés paga su deuda y ocupa plaza en Tercera División. El conjunto menorquín renunció a seguir jugando en Segunda B por impagos esta misma temporada y bajó a Tercera, pero si no paga bajará a Regional.

El Platges de Calvià, rival del Isleño, es el que tiene más probabilidades de ser el tercer equipo descendido, pero aún puede salvarse si gana a los ibicencos y pierde el Ferriolense, pero la quinta plaza por la cola no le aseguraría la permanencia porque dependerá de lo que decida hacer en el futuro el Sporting Mahonés, ya que tiene perdido el golaveraje particular con el España, que ahora ocupa el puesto decimosexto en la Liga.

Con el Platges de Calvià prácticamente descartado, los ibicencos del Isleño tienen que luchar contra el España, con un punto menos que los pitiusos, y con el Felanitx, con los mismos 37 puntos.

Ganar es salvarse

Si los de Vila ganan el domingo estarán salvados matemáticamente y si empatan o pierden dependerán de lo que hagan Ferriolense, Espanya y Felanitx, pero los ibicencos no se fían porque en las últimas jornadas se han registrado resultados muy sorprendentes, como la victoria del Ferriolense ante el Binissalem y su posterior empate en casa del líder, Constancia.

Estos resultados tan inesperados y tan raros han puesto en alerta al Isleño, que tiene una gran ventaja sobre sus cuatro rivales directos: dependen de ellos. Si ganan están salvados y si empatan tienen muchas probabilidades de seguir en Tercera División si los otros resultados son «normales».

El equipo ibicenco, que solo ha ganado dos veces fuera de casa en toda la Liga, reconoce que no será fácil puntuar en Calvià, pero sabe que está ante un partido de vital importancia para el futuro del club, inmerso en una etapa muy delicada por sus problemas económicos.

El encuentro será arbitrado por el colegiado Ramón Mulet Francis.

Diario de Ibiza