La vida está hecha de casualidades, pero quizás no sea capricho del destino que el nombre del primer club que figura en el currículum como entrenador de Joaquín Caparrós contuviera la palabra ´obrero´. El técnico ibicenco Matías Fernández se encargó de recordar que el sevillano «es un entrenador que ha salido de la base» para introducir la charla que ofreció ayer el preparador mallorquinista a una nutrida representación de entrenadores de las Pitiüses.

La sala de prensa de Can Misses se quedó pequeña para los cerca de 40 cerebros futbolísticos que acudieron a la clase particular del ´maestro´ Caparrós, que comenzó exponiendo la importancia en el día a día que tiene la química que existe dentro de su cuerpo técnico, que escuchaba al míster desde un discreto rincón.

«Somos un equipo de trabajo que tenemos muy claro cómo queremos hacer las cosas. ¿Sabéis una cosa? Disfrutamos mucho con lo que hacemos, es vocacional, nos encanta ir a entrenar», argumentó Caparrós. Además, explicó la diferencia entre los términos «alineador» y «entrenador»: «Si tienes a Messi, tiene que jugar. Lo mismo pasa con fulanito, menganito y zutanito. Eso es lo que hacen los alineadores, con todos los respetos. Nosotros somos entrenadores, tenemos que sacarle todo el provecho a cada jugador».

Las preguntas de los preparadores ibicencos llevaron al utrerano a desvelar los secretos de su metodología, un estilo de juego y trabajo que ha transpirado en equipos como Sevilla, Deportivo o Athletic. «A la preparación física le damos muchísima importancia. Nuestro concepto de juego hace que tengamos a nuestros jugadores en el límite. Por eso se hace mucho trabajo de prevención», afirmó.

Músculo y mente

Del músculo se saltó a la mente, la otra mitad del alma del futbolista, tan importante como el apartado físico. Antonio Montalbán abrió fuego en el campo de la psicología preguntando a Caparrós por los trucos que debe utilizar un técnico cuando asume el mando de un equipo que está inmerso en la lucha por el descenso. «Hay que recopilar información y saber lo que han sufrido los jugadores. Hay que inculcarles que quedan muchos puntos y que conseguir el objetivo es posible, haciendo hincapié en que nadie regala nada. No puedes perder el tiempo en que tu grupo se justifique, hay que buscar cada matiz para motivar al equipo», respondió el sevillano, defensor de «trabajar y trabajar» los puntos débiles individuales y colectivos para mejorarlos.

El acento reivindicativo llegó a la hora de hablar de su gran pasión a la cantera. «Es algo que me ha acompañado desde siempre, pero el problema es que el 95 por ciento de los presidentes y directivos no creen en el fútbol base. Y eso que se gastan mucho dinero en la cantera. Además las categorías inferiores y la élite son mundos difíciles de compaginar, si le ´quitas´ un jugador que destaca al juvenil, el entrenador puede pensar que le robas protagonismo», reflexionó, puntualizando que el Mallorca sí cree en la producción de jugadores propios «gracias a la figura de Serra Ferrer».

A este defensor a ultranza del ´pelotero´ criado en casa le marcó su paso por Bilbao, donde tuvo la ventaja de contar con un plantel «en el que todos son amigos». «En el Athletic, los chicos siempre se reunían en la misma mesa. No había grupos. Esa es la fotografía que hay que perseguir», insisitió. Caparrós cerró su discurso reflejando la paradoja que se vive en España: «Tenemos las mejores ciudades deportivas y los mejores técnicos, pero algunos clubes siguen sin sacar jugadores. Los directivos tienen que creérselo».

EL BANQUILLO IMPOSIBLE

Joaquín Caparrós: «¿Entrenar al Betis? Lagarto…»

El entrenador, sevillista convencido, respondió con gracia la última pregunta de la charla, lanzada por un aficionado bético que, pese a sus colores, le confesó su admiración.

ASIGNATURA OBLIGATORIA

Los futbolistas más jóvenes, a las ruedas de prensa

Caparrós explicó que en su etapa en el Sevilla hacía ir a promesas como Reyes o Navas a las ruedas de prensa de sus compañeros para que completaran su formación.

Diario de Ibiza