Medio siglo de fútbol de ébano

Youssouf vuelve a ser un seguro antigoles para la Peña tres años después

 

Youssouf (Peña Deportiva), Paolo (Atlético Isleño), Winde y Armando (Formentera) son los cuatro futbolistas subsaharianos que comenzarán la temporada con los clubes pitiusos de Tercera División, que nunca habían contado con tantos efectivos de raza negra en sus filas. Sin embargo, la presencia de los jugadores de color se remonta a mediados del siglo XX. Esta es su historia.

De la llegada a las Pitiusas de Fermín Molongua a la de Paolo Etamané transcurrieron algo más de cinco décadas. Sus nombres y apellidos tienen muchas cosas en común. Futbolistas de ataque, los dos emigraron a la pitiusa mayor para jugar en el equipo más representativo de la ciudad de Ibiza, que, tanto a finales de los años 50 como en octubre de 2011, acababa de subir a Tercera División. La única diferencia que separa a Molongua de Paolo en este viaje a través del tiempo es que el primero se puso la camiseta roja de la Sociedad Deportiva Ibiza y el segundo juega de azul con el Atlético Isleño. Sin embargo, el negro, el color de su piel subsahariana, es el nexo de unión más fuerte entre el ecuatoguineano y el camerunés, el primero y el último de los peloteros de ébano que han demostrado su clase en Ibiza y Formentera.

«Molongua llegó al Ibiza gracias a Mariano Llobet, que en aquellos años trabajaba en la Administración de Guinea Ecuatorial (hasta 1968, colonia española). Desde el primer momento se convirtió en la atracción de un equipo que entonces presidía Cosme Vidal. ¡En Mallorca era imposible ver a una persona negra en un campo de fútbol!», rememora con nostalgia Joan Riera, Juanito de Ca n´Alfredo.

Si Molongua fue el primero, su compatriota Esteban Makoli Conde, un fornido delantero que hizo carrera en el balompié alicantino y que llegó a probar con el Atlético de Madrid, fue el más ilustre de sus sucesores. Afincado en Novelda (donde tiene un centro de masajes), el antiguo ariete conserva buena relación con Tolo Darder, el encargado de ocupar el otro extremo del campo en Sa Deportiva durante la década de los 60.

«Era un gran tipo, una excelente persona que derrochaba generosidad. Llegó al Ibiza a mediados de los 60 y estuvo con nosotros dos o tres temporadas. Si la suerte le hubiese acompañado podría haber hecho carrera en Primera», rememora el exguardameta mallorquín, que tuvo a sus órdenes a otro ecuatoguineano cuando entrenó a la Peña Deportiva a finales de los 80: Pizarro, un central contundente «que dejó buen recuerdo en Santa Eulària en las dos épocas en las que estuvo en el club», como apostilla Darder, que tampoco se olvida de Diop, un delantero que formó parte del Ibiza que descendió de Segunda B en la temporada 2008/2009.

Dos décadas después, a otro africano le toca evitar que los adversarios se cuelen en el área del equipo peñista. El zaguero Youssouf Diallo ha regresado este verano a la Villa del Río (donde ya militó en la temporada 2009/2010) después de un periplo por el balompié regional en las filas de Sant Carles y Sant Jordi. No solamente tendrá que medirse con Paolo, autor de una docena de goles vitales para que el Isleño sellara la permanencia el curso pasado. Al guineano también le tocará verse las caras con el senegalés Winde Samb Deng, una de las referencias ofensivas de la Sociedad Deportiva Formentera.

Y es que con la llegada del representante de la pitiusa menor a la Tercera División, serán cuatro los subsaharios que militen en la categoría. El rojinegro Edmond Mantham (Armando, desde que le rebautizara un excompañero del Las Norias sevillano, un club en el que lo dio todo «pese a no cobrar durante varios meses») también se antoja esencial para que los formenterenses amarren cuanto antes su deseo de permanencia en la división balear, donde retornan tras 32 años de ausencia. Compartir nacionalidad, religión musulmana y lengua a más de 3.000 kilómetros de distancia de la patria chica ha estrechado los lazos entre Winde y Armando, nacidos en Louga y Kébemer, dos localidades separadas solo por 36 kilómetros.

Inmigración futbolística

«Es una alegría tener a alguien como Armando en el equipo. Yo tengo un niño que va a hacer tres años en septiembre y él acaba de ser padre. Compartimos preocupaciones y estamos muy agusto en Formentera. Queremos hacer grandes cosas aquí», explica Winde, en España desde 2003 (llegó con 16 años para reunirse con su padre, que había emigrado anteriormente a Andalucía) y con un notable paso por las categorías inferiores del Sevilla Fútbol Club. Aunque ya es un adulto, el atacante, que nunca ha escuchado «un grito racista» contra su persona desde que juega en las Pitiusas, todavía se siente como aquel niño «que jugaba en los campos de tierra de Dakar y soñaba con imitar a El Hadji Diouf, el héroe del Mundial 2002», la Copa del Mundo en la que la desconocida Senegal se vengó de su exmetrópoli inflingiendo una dolorosa derrota a la Francia de Zinedine Zidane.

Para Armando, medirse a Youssouf y a Paolo será algo «muy especial»: «En el campo que cada uno dé el máximo por su camiseta. Cuando acabemos, será hora de darse la mano. Somos todos africanos y eso crea un lazo de afecto diferente. Todos sabemos que aquí podemos tener la oportunidad de dedicarnos al fútbol. En nuestros países sería imposible». Ellos son, a la vez, los herederos de Makoli, ese delantero negro del Ibiza que emulaba a un contemporáneo suyo como Eusébio Ferreira da Silva (el mítico astro del Benfica que también vestía zamarra roja y calzón blanco) y los antecesores de los pequeños futbolistas de color que se forman en una cantera pitiusa cada vez más multirracial y que pronto darán el salto a los planteles de Tercera.

Diario de Ibiza

 

Más noticias que te pueden interesar

Comenta esta noticia

Los comentarios están desactivados temporalmente. En breve estarán disponibles de nuevo.