Luis Elcacho (Lleida, 6 de enero de 1964) tiene experiencia en lides como la del próximo domingo. El entrenador del Formentera ha vivido derbis cuando era entrenador de la Sociedad Deportiva Eivissa y también con la Peña. Precisamente a Santa Eulària volverá con su nuevo equipo y ya comentó el pasado domingo, tras ganar al Montuïri, que no será un choque especial para él, ya que irá a «ver amigos». Además, también tuvo palabras de elogio hacia la entidad que preside Juan Marí, Dalias, de la que dijo que es un club «ejemplar».

Se define como un entrenador «exigente» y «serio en el trabajo». Apuesta por un fútbol en el que el buen trato al balón sea protagonista y que sus equipos generen ocasiones. A su vez, prefiere que los goles se repartan entre todo el equipo. Predica con el 4-4-2 como sistema de cabecera, si bien también ha utilizado otros como el 4-3-3 en anteriores clubes en los que militó. Dice que su mejor virtud es que siempre va «con la verdad por delante», que a su vez también le supone su «peor defecto». «Nunca voy por detrás», añade. Se declara fan del exentrenador del FC Barcelona, Pep Guardiola, porque considera que ha aportado «algo nuevo» al balompié moderno y considera que el resto de técnicos son «muy parecidos».

El preparador catalán reconoce que sueña con entrenar algún día en un club profesional y se considera «preparado» para tal labor. En el vestuario tiene fama de ser «sincero» e «ir de cara», según relata, pero entre los dirigentes se considera que es un preparador «incómodo».

Lejos ya quedan sus momentos de gloria con aquel Real Oviedo en el que compartió días de gloria (ascenso a Primera División incluido) con jugadores como Carlos, Berto, Luis Manuel o Sañudo.

De paladar «fácil»

Fuera del fútbol se declara «de paladar fácil» a la hora de sentarse a la mesa, pero siente predilección por los ‘caragols a la llauna’ de su Lleida natal, sin olvidarse de la dieta mediterránea, de la que es muy partidario. Comenta que cuando el fútbol le deja, «ahora casi nunca», detalla, es «muy familiar» y cuando tiene un rato le gusta leer en un lugar «tranquilo». «Formentera es un sitio espectacular e ideal para perderse y relajarse», apostilla. En cuanto a gustos musicales, se decanta por la radio fórmula y los éxitos del momento.

Mario Ormaechea: Entrenador de la Peña Deportiva

Mario Ormaechea (Barcelona, 29 de junio de 1968) ha vivido, al igual que su homólogo en el Formentera, batallas insulares, sobre todo como técnico del Sant Rafel. La del próximo domingo será la primera al frente de la Peña, por lo que podrá ampliar su currículum en derbis pitiusos. Se da la circunstancia que también será la primera vez que se enfrente a Elcacho.

Siempre ha sido un ganador nato y lo lleva hasta términos personales. Una vez comentó que no le gusta perder ni cuando juega con sus hijas: «Mi mujer me echa la bronca cuando les gano», declaró en su día. Se describe como un entrenador «con personalidad», si bien prefiere que le definan «los demás».

Apuesta por una filosofía de «fútbol de ataque» y sobre todo, que tenga «mucha intensidad». Asimismo, es amante de jugar con dos puntas y hacer variantes ofensivas desde el 4-4-2. Piensa que su mejor virtud como técnico es que tiene «capacidad para seguir aprendiendo y adquirir conocimientos día a día» y reconoce que su peor defecto es que es «demasiado nervioso», faceta esta que le ha generado «problemas», según opina.

Se declara seguidor de entrenadores como Joaquín Caparrós, Rafa Benítez, Pep Guardiola o Johan Cruyff y no descarta llegar algún día al fútbol de élite. «La vida da muchas vueltas y ahora estamos muy a gusto», señala.

Asimismo, entre sus futbolistas y sus directivos cree que tiene fama de «buena persona» y se enorgullece de ello, puesto que considera que es algo «vital» para afrontar los retos cotidianos tanto de su equipo como de su propia vida.

Exdelantero de la mítica SD Ibiza que ascendió a Segunda B en la 1991-1992, sigue entrando al campo con el pie derecho como símbolo supersticioso.

Amante del ‘bullit de peix’

Lejos de los terrenos de juego tiene un vicio confesable: le apasiona el buen yantar. Tiene predilección por el bullit de peix y el cabrito al horno. «Disfruto comiendo», afirma, al igual que dice que el poco tiempo libre que le deja el fútbol y su trabajo lo pasa con su mujer y sus hijas. Cuando puede, le gusta ir al cine o ver películas en casa. En los partidos que el equipo peñista juega en el Municipal de Santa Eulària suele sonar por megafonía música elegida por los jugadores y por él mismo. Bruce Springsteen, Eric Clapton o Guns n’Roses suelen poner la banda sonora a la vida del técnico peñista. El apodo que tiene uno de sus cantantes favoritos, The Boss, también podría valerle en su nueva etapa en el club de la Villa del Río. Todo un jefe para la Peña.

Diario de Ibiza