No podemos empezar este comunicado sin decir, en primer lugar, y por encima de todo, que la SCR Peña Deportiva de Santa Eulalia condena cualquier acto de violencia, ya sea a nivel deportivo como extra deportivo.
Como todos sabemos, la violencia, física también pero sobre todo verbal, se encuentra muy presente, diríamos que demasiado, en los eventos deportivos de hoy en día, sobretodo en ese deporte que tanto amamos, el fútbol. En éste, estamos llegando a percibir como normal y muchas veces justificable el abucheo y los insultos del público e incluso jugadores hacia la figura del árbitro, jugadores contrarios, o hacia la grada o entre componentes de las diferentes hinchadas.
Los altercados ocurridos el pasado domingo 30 de Septiembre en las gradas del Campo Municipal de Deportes de Santa Eulalia son un ejemplo más de la falta de civismo que rodea a nuestro deporte rey.
Aun así, e insistiendo en la falta de justificación que rodea este tipo de actos, queremos aclarar lo ocurrido, pues creemos que después de lo publicado recientemente salimos perjudicados todos; jugadores, niños, público, el propio Club, y sobretodo, aquello que amamos con locura, y que muchas veces nos hace perder los estribos: el Fútbol.
Como pueden afirmar todos los presentes, el encuentro se disputó con normalidad, dejando a un lado la cantidad de expulsiones por parte del colegiado hacia el equipo local. Creemos que debemos remarcar que el árbitro es de la misma quinta que los jugadores, percibiéndose incluso señales de complicidad entre éste y varios componentes del San Rafael (es conocido por todos que uno de ellos es o era también árbitro de categorías inferiores, y colega suyo).
Fué una vez pitado el final del encuentro, dicho sea de paso, por error, pues el árbitro pensó que el partido se daba por terminado con victoria del San Rafael por quedar la peña con siete jugadores tras una utima expulsión, cuando varios integrantes de la grada transmitieron al colegiado su disconformidad con la actuación arbitral. Claro está que no lo hicieron de la mejor de las maneras. Esto no gustó nada a un aficionado, quien posteriormente descubriríamos que era el padre del colegiado, que fué a encararse a dicho sector para recriminar sus comentarios, con un provocativo “os voy a arrancar la cabeza”.
No gustó tampoco a dos jóvenes que se identificaron como los “primos” del árbitro, quienes se encararon con tono chulesco a los aficionados locales, gritanto comentarios como “venga, racistas de mierda, venir si tenéis cojones”. Queremos dejar claro que todo ocurrió en las inmediaciones de las gradas, y no en el terreno de juego.
En ese momento, y tras intercambiar unas palabras, el padre del árbitro y otro aficionado, se enzarzaron en lo que no paso de un forcejeo, pues los allí presentes los separaron inmediatamente, no sin la mala suerte de caer éste último y golpearse primero contra el banquillo y, al levantarse, con una valla. Por su seguridad, fue trasladado a las oficinas del club, mientras, desde la propia entidad se avisaba a las fuerzas de seguridad. Remarcar también que delegado y directivos del Club estuvieron en todo momento con su hijo tanto en el campo como en la zona de vestuarios, brindándole protección ante el ambiente creado por dicha discusión, pues éste, identificando a su padre como uno de los implicados en el forcejeo, se encaró también con la grada.
Una vez llegados cuatro agentes de Policia a las instalaciones, entraron a la zona de vestuarios para posteriormente escoltar a padre e hijo, reunidos ya los dos, hasta su vehículo.
Por tanto, nos parece necesario remarcar una serie de hechos, para que no haya malentendidos:
• Que el encuentro se disputó con relativa normalidad, dejando a un lado las 4 expulsiones al equipo local.
• Que el árbitro, quizá por inexperiencia, quizá motivado por las ganas de dar la victoria al equipo visitante, se precipitó pitando el final pensando que con 7 jugadores el partido se daba por finalizado, cuando esto ocurre al quedar un equipo con 6 jugadores. Este hecho fué el que desembocó en reproches e insultos, los cuales condenamos una vez más.
• Que fue el padre del árbitro quien, en pro de defender a su hijo ante tales comentarios e insultos, se encaró con el sector de la grada que los estaba profiriendo.
• Que el posterior forcejeo entre ambos aficionados no paso al campo, y estos fueron rápidamente separados.
• Que la Peña Deportiva colaboró EN TODO MOMENTO con el árbitro y su padre, refugiándolos al primero en su vestuario y al segundo en la oficina del Club.
Para terminar, condenar una vez más los hechos ocurridos, asumiendo nuestra parte de culpa, y comprometiéndonos a intentar erradicar comportamientos similares, favoreciendo así a que podamos disfrutar de un deporte limpio y sano para todos.
Atentamente,
SCR Peña Deportiva de Santa Eulalia
Comenta esta noticia
Los comentarios están desactivados temporalmente. En breve estarán disponibles de nuevo.