El propietario destaca su mejor sintonía con Manzano, pero recuerda que el club «está sobre los interereses individuales».
R.CABOT/S.ADROVER. PALMA. Javier Martí Asensio (Madrid, 1975), consejero delegado del Real Mallorca, parece vivir contrarreloj. Llega de Madrid y antes de dirigirse a la fiesta del fútbol balear, repasa la actualidad del club en DIARIO de MALLORCA. A los diez minutos de la conversación decide apagar el móvil, que no ha dejado de sonar. No rehúye ninguna pregunta, aunque en más de una se muestra incómodo. Pero, sobre todo, quiere mandar un mensaje de tranquilidad: si ha de poner dinero de su bolsillo por el Mallorca lo hará. «Por supuesto», afirma.
– ¿Cómo celebró el empate en el Calderón?
– En casa, con mi familia, que para mí es un premio porque la veo muy poco.
– ¿El fútbol desde dentro es una droga?
– Algo tiene porque a pesar de todo el sufrimiento, con un gol se te olvidan todas las penas. Y vale la pena sobre todo por los futbolistas que se dejan el alma en el campo, y eso me llena de orgullo.
– ¿El empate del Calderón es su mayor satisfacción?
– Quizá fue lo más heroico. La mayor satisfacción es cada vez que ganamos y, salvo en un partido, siempre hemos dado la cara y yendo a por los partidos.
– Una decepción.
– He tenido muchas, pero no me gusta valorarlas. Soy una persona positiva.
– ¿Decepción con lo que se ha encontrado, con lo que ha visto?
– Hay cosas negativas que están ahí y que son parte del juego. Uno tiene que leer y escuchar cosas que no son, que no ocurren. Lo que me enseñaron en la facultad es que la información ha de ser veraz.
– ¿Entra en el vestuario?
– Nunca. Es una zona sagrada donde nunca entraré. Pero sí me gusta que me vean antes y después de los partidos.
– ¿Se arrepiente de algo?
– Nunca me arrepiento de nada en la vida. Las cosas hay que pensarlas antes de hacerlas.
– ¿Ha pecado de falta de discreción en algunos momentos?
– Seguramente sí. Habré pecado de muchas cosas, pero si en algo me he equivocado no lo he hecho para perjudicar a esta institución ni a nadie.
– ¿Hay algún momento en que ha pensado: «esto no lo tendría que haber dicho»?
– Hay veces que sí pienso que me podría haber callado. Mi imagen pública no debe salir tanto. El protagonismo lo deben tener el entrenador y los jugadores.
– Desde fuera da la impresión de que actúa por impulsos.
– Jamás. Soy una persona muy constante, no tengo altibajos y todo lo pienso mucho. Y determinadas decisiones me gusta consultarlas con mucha gente, pero la decisión final la tomo yo, para bien o para mal.
– ¿Consulta mucho con su padre?
– Se lo consulto todo, pero no se ha metido nunca en una decisión mía.
– ¿Por qué retrasó el pago de las primas a los técnicos sin informarles?
– La persona que se encarga de hacer los pagos miró los contratos y el del entrenador pone que se cobra con la siguiente mensualidad. Por eso se hizo así. Cuando un contrato pone una cosa se paga como dice el contrato. Luego nos sentamos con ellos y se lo explicamos.
– Si el contrato estipula así el pago, ¿por qué se molestó el técnico?
– Porque antes se hacía de otra manera.
– ¿Se va normalizando la relación con Manzano?
– Cada día me llevo mejor con él. La cosa empezó un poco torcida, ahora la relación es bastante buena y todavía será mejor porque es clave que el entrenador y el que toma las decisiones vayan de la mano.
– Será mejor. ¿Y larga?
– Cuando corresponda hablar de la renovación se hará. Es muy pronto, estamos en octubre. No sé la idea que tiene el míster para el año que viene, pero sí estoy convencido de que no piensa en el año que viene, sino en el Valladolid y el Racing.
– ¿Ha cambiado su opinión sobre Manzano desde que le conoció?
– No, porque siempre he pensado que es una persona positiva, un buen entrenador que sabe gestionar los recursos de la plantilla, y aunque hizo unas declaraciones contra mí que no me gustaron mucho, me olvidé y no voy a volver a hablar.
– «Necesito que mi entrenador confíe en lo que hago». ¿Manzano ya confía en usted?
– Poco a poco, y si he cometido algún error en el pasado ve que lo vamos corrigiendo. El entrenador y yo tenemos que ir unidos porque es bueno para la institución, y yo sólo haré las cosas que sean buenas para la institución. Y estoy seguro que el míster también porque estamos en el mismo barco.
– Aunque desagraden al técnico.
– También haré cosas que no sean de mi agrado pero si son buenas para la institución lo haré. El Mallorca está por encima de los intereses individuales.
– No debe ser fácil dirigir el club desde Madrid.
– Tampoco es tan difícil. Lo importante es que haya gente en Mallorca que me informe de las cosas que pasan. Todo el día hablo con gente del club. No le veo ningún problema. Desde que llegué, he pasado más días aquí que en Madrid.
– ¿Con quién habla?
– Con todos a diario.
– También con Gonzalo de Córdoba y Gregorio Muñoz.
– Pero no a diario.
– ¿Cómo está Nando Pons?
– Muy contento. Me dijo el otro día que en todos los años que lleva en el Mallorca nunca había visto nada como lo del Calderón. Adora al Mallorca y seguro que está muy feliz.
– ¿También feliz de ver cómo usted habla con personas de su confianza para fichajes?
– No he dicho que hablara de fichajes con Gonzalo y Muñoz. Hablo de muchas cosas. Son amigos de hace mucho tiempo y hablamos de fútbol, pero no de fichajes. Estamos en octubre.
– ¿Nando Pons seguirá en el club?
– Tiene contrato hasta 2014. ¿Por qué no va a seguir?
– ¿Nando Pons es una herencia envenenada?
– Es una persona que estaba en el club cuando llegamos. Es un hombre que quiere mucho al club.
– ¿La plantilla está al corriente de cobro?
– Sí, por supuesto. Lo quiero dejar muy claro.
– ¿De dónde entra dinero en el Mallorca?
– Es una tarea complicada. Tenemos ingresos de taquillas, de televisión y otros conceptos.
– ¿Si hiciera falta, la familia Martí Mingarro pondría dinero de su patrimonio personal?
– Sí, por supuesto, lo que pasa es que no vamos a hacer público si lo hemos hecho ya, si no lo hemos hecho o si lo haremos porque no estamos acostumbrados a dar tantas cuentas de lo que hacemos. La familia hará todo lo que esté en sus manos para que esto vaya bien.
– ¿Los bancos recelan cuando dice que es del Mallorca?
– Mi relación con los bancos suma para el Mallorca; lo que resta es que sea un club de fútbol.
– ¿Nota el daño que ha hecho al club los dos años tan convulsos que se han vivido?
– Sí, muchísimo. Si se hablase sólo de fútbol iría más gente al campo y los periódicos venderían más. Me sorprende que algunos medios den repercusión a cosas que a la gente le importa un bledo. La gente en la calle me pregunta por los jugadores o por si ganaremos el siguiente partido, y nadie por si vamos a tomar una medida financiera determinada o si he ido a un banco.
– Si hay normalidad institucional los focos volverán al césped.
– También entiendo que los dos últimos años del club han sido complicados y los medios de comunicación se han acostumbrado a que todos los días haya problemas de toda índole.
– A día de hoy suena a utopía que crea que en cuatro años dejará la deuda del club a cero.
– A utopía absoluta, pero creédme, sé de números, y si a final de temporada no incrementamos la deuda, a partir de ahí se puede conseguir el objetivo.
– Y para bajar la deuda no queda otra que traspasar jugadores. ¿El decirlo públicamente no es un error y uno de los motivos de que la afición pierda la ilusión?
– Vamos a intentar ser muy justos. Desde que hemos llegado hemos traído a seis futbolistas y no hemos vendido a nadie.
– ¿El futuro está en la cantera?
– Es una de las claves de nuestro proyecto. Aparte de que deportivamente es bueno, económicamente es muy bueno. No hay otra fórmula.
– ¿Lo de fichar a Borja es un farol?
– Si se ejerce la opción de compra de cuatro millones es porque es Borja. Lo vamos a intentar.
– ¿Se puede ir alguien en enero?
– Tendría que llegar una buena oferta y el jugador querer irse. Pero no creo que se dé el caso.
– ¿Qué hay que hacer más para que acuda más gente al estadio?
– Vendrá más gente, porque los que van se lo pasan bien porque el equipo juega bien.
DIARIO DE MALLORCA
Comenta esta noticia
Los comentarios están desactivados temporalmente. En breve estarán disponibles de nuevo.