Luis Fernández Cardona es uno de los árbitros de las Pitiusas más populares y mediáticos. Hermano de Daniel, también colegiado, llegó al mundillo arbitral con 21 años y en la actualidad, con 33 «abriles», es uno de los habituales de la Liga Interpueblos, aunque compagina sus actuaciones en la Regional con la de auxiliar en Tercera División. «El gemelo», como le conocen en el mundillo balompédico de la Isla, fue futbolista antes que árbitro y pasó por equipos como el San Carlos, el Deportes Marí o el Puig d’en Valls, pero un día decidió colgar las botas y hacerse con un silbato para experimentar el fútbol desde otro prisma.
Luis ha concedido a Fútbol Pitiuso la primera entrevista desde que es colegiado. Sin pelos en la lengua, claro, conciso y sincero, este árbitro nos cuenta cómo y por qué llega a vestirse de negro, cómo vive y afronta su trabajo y cómo ve el nivel del fútbol pitiuso, entre otras cosas. Luis no se corta un pelo, llama las cosas por su nombre y seguro que no deja indiferente a nadie.
¿Desde cuándo y por qué te dedicas al arbitraje?
Llevo arbitrando once temporadas y ésta es la doceava. Entré en el mundo del arbitraje de la mano del entonces Delegado Insular del Comité de Árbitros, José Luis Torres Clapés, quién ante la falta de colegiados en ese momento, nos ofreció a mí hermano y a mí la posibilidad de entrar a formar parte de dicho Comité. Hicimos el cursillo, superamos el examen y desde ahí hasta ahora.
¿Cuáles son tus aspiraciones como colegiado?
Ahora mismo son únicamente las de dirigir los encuentros de la mejor manera posible y tener la satisfacción al acabarlos de que mi labor ha sido correcta. Es lo único a lo que puedo aspirar pues las puertas del ascenso a Tercera División ya se han cerrado para mí.
¿Por qué razón no has alcanzado la Tercera División?
Por un lado es cuestión de gustos. A título personal creo que mi nivel cómo árbitro ha sido el suficiente durante las cuatro últimas temporadas para poder lograr el ascenso de categoría, pero en esta vida hay muchas cosas que al final no dependen de uno mismo y en mi caso ha sido cuestión de gustos o más bien de afinidad con las personas que dirigen el Comité en Mallorca y la falta de apoyo por parte de la Delegación en la defensa de los intereses de sus colegiados.
El primer año de promoción fui el segundo de Baleares tras mi hermano y el año siguiente ocupé el tercer puesto, pero eso no fue suficiente para ascender. Estos dos últimos años no he vuelto a tener la suerte de cara y he ocupado la mitad de la tabla. Ya se han acabado las oportunidades y este año me han negado desde Mallorca la posibilidad de volver a intentarlo.
Por otro lado, desde las pitiusas no ha habido el suficiente apoyo del mundo del fútbol al colectivo arbitral. Al igual que es necesario para que éste crezca que haya el mayor número posible de equipos en categoría nacional, también lo es que haya el mayor número de árbitros pitiusos en dicha categoría.
¿Qué requisitos son necesarios para impartir justicia en un campo de fútbol?
Lo primero y más importante es la humildad. Hay que ser humilde y ser capaz de reconocer que no somos dioses ni los portadores de la verdad suprema y poder admitir que también nos equivocamos. Dirigir un encuentro es sumamente difícil y se necesitan muchas habilidades para poder hacerlo con garantías. Hay que tener una buena preparación, tanto física como mental, debemos conocer el Reglamento y estar al día de las modificaciones y una vez en el encuentro debemos tener la habilidad de interpretarlo y saber cómo hemos de dirigirlo. Cada partido es diferente y lo que en uno es sancionable en otro a lo mejor no.
¿En qué consiste tu preparación semanal para afrontar los partidos?
Esencialmente la preparación no difiere mucho una semana de otra. En el aspecto físico, suelo hacer un mínimo de tres entrenamientos consistentes en carrera continua de una duración de 45 a 60 minutos, alternadas de vez en cuando con series de velocidad o largos. Por otro lado, cada quince días acudo a las clases de Reglamento impartidas por la Escuela, dónde los que acudimos unificamos criterios, discutimos situaciones de partido y repasamos el Reglamento
Arbitrar es muchas veces ingrato. ¿Cuáles son los principales motivos que te mueven a luchar por tu vocación?
Cada partido para mí es un reto y disfruto poniéndome a prueba. Me gusta salir al terreno de juego sin saber qué vas a encontrar, enfrentarme a las exigencias del partido y poder salir airoso de ellas. Arbitrar es ir a contracorriente, es superar una prueba tras otra sin parar y cuando llegas al final ves que no te espera nadie para reconocer tu labor y que sólo te queda tu propia satisfacción, la satisfacción de haberlo hecho lo mejor posible.
¿Qué haces para combatir la tensión que puede generarse antes de un encuentro?
Es importante no llegar a un partido con tensión o nervios. Dirigir un partido requiere mucha tranquilidad y sangre fría. Los nervios y la tensión deben quedarse en casa.
¿Has sentido temor en algún enfrentamiento?
Al comienzo de mi carrera, cómo le suele suceder a cualquier compañero que empieza, se dan situaciones motivadas por la falta de experiencia y la mala fe de algunos miembros o seguidores de los equipos, en las que se dan insultos, presiones, amenazas e incluso intentos de agresión que por supuesto generan temor o miedo; pero el tiempo y los partidos te dan la experiencia suficiente para afrontar los enfrentamientos sin ningún tipo de temor.
¿Sabes si existe la famosa nevera en el Colegio Insular? ¿Os han llegado a castigar por no haberlo hecho bien en un partido?
No sé si llamarlo de esa manera, pero aquí, cómo en cualquier trabajo, si haces las cosas mal tienes tu castigo; ahora bien, no hay que confundir los posibles errores en la toma de decisiones con un mal comportamiento o una actitud incorrecta del colegiado. Si un árbitro comete un error en la señalización de una infracción no se le sanciona; otra cosa es que llegue tarde a un encuentro, no se presente a un partido designado, no rellene de manera correcta el acta, refleje cosas que no han sucedido, falsee hechos o no anote las amonestaciones o expulsiones mostradas durante un encuentro. En este aspecto, nuestro Delegado lo hace lo mejor que sabe. Otra cosa es que debido al desconocimiento de los hechos, a la falta de árbitros o a la incompatibilidad de horarios se pueda llevar a término.
¿Crees que hay árbitros que cometen errores a propósito para perjudicar a algún equipo?
Yo creo en mis compañeros y su buena fe a la hora de dirigir los encuentros; me cuesta creer que algún compañero pueda tomar decisiones erróneas a sabiendas de que está perjudicando a algún equipo. El odio y el rencor no tienen cabida en la cabeza de un árbitro y si alguno de nosotros tiene cualquier tipo de conflicto personal con algún equipo o persona y no es capaz de separarlo de su labor cómo árbitro lo mejor es que no dirija a ese equipo o que deje el arbitraje.
¿Cómo ves el nivel del fútbol pitiuso? ¿Y de la Regional?
Si hablamos del fútbol base en general, de todas las categorías, creo que hay clubes que están haciendo un buen trabajo, formando jugadores con proyección, con un buen nivel técnico y cada vez con más conocimientos tácticos. Los entrenadores cada vez están más preparados y los clubes apuestan por gente con conocimientos y con ganas de hacer las cosas correctamente. Ahora bien, personalmente, creo que se está dejando de lado la labor formativa a nivel personal, no se educa ni se forma a los jugadores para jugar con respeto e igualdad. No se inculcan los valores necesarios para que esto sea un deporte y no una competición en donde lo importante sea ganar a cualquier precio.
No hay buenos ejemplos en los entrenadores, delegados o padres. Se ven muchos casos en los que estas personas en lugar de animar a sus jugadores y enseñarles a practicar un deporte se dedican a insultar al equipo contrario o al árbitro, a pedirles a sus jugadores que les den patadas a los contrarios o que incluso se encaran con personas del equipo rival. Hay que dejar esto de lado y dejar que los niños se diviertan y practiquen su juego favorito tranquilamente.
Por lo que se refiere a la Regional, sólo puedo opinar de los partidos que he dirigido esta temporada. La competición ha bajado un peldaño en calidad pues muchos de los mejores jugadores de la temporada anterior han pasado a jugar en Tercera División, además del Formentera, pero en cambio esto ha permitido que la competición sea más igualada y se puedan ver encuentros más disputados. Creo que es una de las competiciones más igualadas de los últimos años y ese es uno de los motivos por los cuales hay más tensión en los duelos y se producen más fricciones entre los jugadores.
¿Qué es lo peor y lo mejor de ser colegiado?
Es algo inevitable ser objeto de críticas gratuitas y sin fundamento que muchas veces hacen uso de aspectos personales. Es irónico y ridículo oír cómo critican tu trabajo, el de tu padre, el de tu hermano o el de tu mujer, se mofan de tu aspecto físico o cualquier otra cosa para atacarte e intentar hacerte daño; gente que al día siguiente te encuentras por la calle, te sonríen y te tratan cómo si no pasase nada. Eso es lo peor, la maldad de la gente y el desprecio con el que tratan tu dedicación. Pero bueno, es algo con lo que convivimos que se contrarresta con la satisfacción de la labor bien hecha.
¿Cómo te defines como árbitro? ¿Cuáles son tus virtudes? ¿y tus defectos?
No suelo definirme ni calificarme. Creo que tengo un alto grado de concentración durante los partidos, sigo el juego muy de cerca y no permito el juego duro; quizás soy demasiado dialogante y exigente.
¿Cómo es la relación que mantienes con los jugadores durante un partido?
Trato de que sea lo más correcta posible. No me importa que los jugadores dialoguen conmigo y me comenten cosas del encuentro, siempre y cuando no pierdan las formas o se excedan en su comportamiento. Si ellos se comportan, no hay ningún problema; eso sí, no permito que los jugadores se dediquen a otra labor que no sea la de jugar.
¿Cómo llevas las críticas e insultos que recibes desde la grada? ¿Qué mecanismos sacas para centrarte en el juego mientras, por ejemplo, te gritan cualquier burrada?
Como ya he comentado anteriormente, hay críticas maliciosas que no son fáciles de digerir. No me importa que critiquen mi labor o mi forma de actuar , pero es más difícil llevar las críticas o insultos fuera de lugar. De todas formas, no puedo evitar oírlas, pero no les hago caso y si algo me producen es gracia. Más de uno debería escuchar las estupideces que dice.
¿Qué importancia tiene la preparación psicológica en el arbitraje?
Es un aspecto que se tiene poco en cuenta pero que es muy importante a la hora de dirigir los encuentros. Hay que ser muy fuerte mentalmente. Nos enfrentamos a situaciones difíciles, a tener que manejar la presión de los jugadores o técnicos o a tener que estar en condiciones de decidir qué señalar en décimas de segundo. Tenemos que tener un carácter fuerte y mucha valentía.
¿Qué le dirías a un joven para que se hiciese colegiado?
Que se animase, que es algo poco valorado pero que personalmente es gratificante , que te ayuda a formarte como persona y que te hace más fuerte mentalmente.
¿Qué consejos le darías a los árbitros que empiezan ahora?
Que afronten los partidos con seriedad y humildad; que sean honestos y sean conscientes de que su labor es muy importante. Tenemos que dar ejemplo con nuestro comportamiento.
¿Qué piensas de la violencia en los campos de fútbol?
Es algo que por desgracia está muy presente hoy en día, tanto dentro como fuera de los terrenos de juego. Es consecuencia de la falta de educación y valores de la sociedad actual y que cómo es normal también forman parte de nuestro fútbol y que viene desde la base. Los campos de fútbol no se pueden utilizar cómo lugar para desahogarse. Más educación y menos competición.
¿Recuerdas alguna anécdota en especial?
Muchas. En once años te pasan muchas cosas; cómo por ejemplo tener que volver a casa a buscar parte de tu equipación o los banderines, que te pierdan la maleta en alguno de los viajes, llegar a un partido y darte cuenta de que eres al único al que no le han dicho que se había aplazado, etc, etc, etc.
¿Qué equipo de la Regional juega mejor al fútbol?
No puedo decirte quién juega mejor por qué aún no he dirigido ni al Bahía de San Agustín ni al Formentera B, aunque tampoco soy quién para juzgar el juego de los equipos; es una cuestión de gustos y estilos.
¿Qué jugador de la Interpueblos es el que más quebraderos de cabeza te ha dado?
No hay ningún futbolista en concreto que me dé más dolores de cabeza. Hay jugadores que por su forma de jugar son muy complicados de dirigir, y otros que te complican los partidos porque se dedican a hacerte comentarios de todo lo que pasa en ellos.
¿Qué entrenador es el más protestón?
Tal cómo he comentado anteriormente, el nivel de preparación de los entrenadores es más alto y también su comportamiento en general con los árbitros ha mejorado de manera ostensible salvo excepciones puntuales. Es habitual que de manera esporádica los entrenadores muestren su disconformidad con nuestras decisiones, pero no normal y no debería ser así. Los árbitros están para dirigir los partidos y los entrenadores para entrenar, instruir y dirigir a sus jugadores. Pero bueno, para contestar a ésta pregunta deberíamos mirar el capítulo de amonestaciones y expulsiones.
¿A quién o quiénes le enseñarías tarjeta amarilla?
A esos pocos personajes del mundo del fútbol que se olvidan de su labor, se dedican a entorpecer y complicar nuestra labor y ensucian y dejan en mal lugar a esa gran mayoría de jugadores, entrenadores, delegados y miembros de los clubes que sí colaboran con nuestra labor y cada día más cumplen con su labor y ayudan a que nuestro fútbol crezca y sea cada vez mejor. Desde aquí, quisiera agradecer públicamente la colaboración desinteresada de estas personas.
¿Y roja?
A los cuatro indeseables que con su comportamiento, con su actitud y con sus palabras fomentan la crispación y el enfrentamiento en los campos de fútbol, provocan situaciones violentas, que ninguno queremos, y son un malísimo ejemplo para los jóvenes.
¿Quieres añadir algo más?
La labor del árbitro es ingrata y poco o nada reconocida. Es una tarea muy complicada que casi siempre se realiza en condiciones poco favorables. Es muy difícil arbitrar un partido cuando se prejuzga al colegiado antes de su actuación, cuando se le critica por perjudicar a un equipo cuando el árbitro ni siquiera ha pasado por la puerta del estadio. Nosotros debemos empezar cada partido desde cero. Sin prejuicios, ni rencores, ni odios, ni opiniones. Cada partido es diferente y no sirve lo que haya pasado en los anteriores. Nosotros no pensamos en el pasado, sólo pensamos en dirigir el encuentro y que al acabar de lo que menos se hable sea de nuestra actuación, pero para ello necesitamos de la colaboración de todos; jugadores, entrenadores, directivos y público. Hagamos que el fútbol sea sólo un juego y no una guerra.
¿Te atreverías con un titular para esta entrevista?
Eso te lo dejo a ti que para eso eres el periodista jajaja.
Francisco Natera
Fútbol Pitiuso
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