El Sporting Mahonés cambiará su denominación a partir de la próxima temporada (2013/14), en que con toda probabilidad pasará a llamarse Sporting de Mahón Fútbol Club. Ahogado por una deuda que supera el millón de euros, la modificación de su nomenclatura es la única alternativa que encuentra la entidad de Bintaufa para burlar tamaña eventualidad –inasumible dado el estado de sus arcas– y reactivar desde cero a su primer equipo en Regional en septiembre del año natural recién comenzado. El planteamiento fue abordado en la reunión que mantuvo la junta directiva blanquiazul en la noche del pasado 3 de enero, y es la propia Federació Balear la que ha asesorado a los directivos de Maó en ese sentido, según confirman desde el entorno de la entidad mahonesa.
El club que preside Fernando Osuna ha tratado por todas las vías de evitar este cambio de linaje, obligado en cualquier caso por las circunstancias y muy similar al efectuado por la SD Ibiza dos decenios atrás, y que no fue óbice para que la entidad pitiusa, cuyo recorrido guarda ciertas similitudes con el sportinguista, se reflotara en los años ulteriores –si bien después cayó de nuevo en desgracia–. Pero el planteamiento del sportinguismo es claro; apostar por este paso o la desaparición son las sendas que advierte ante sí, de ahí su posicionamiento actual.
El proyecto ha pasado de estar en estudio a ser una determinación y objetivo reales. El Sporting, que consultará a su cada vez más recuperada masa social –rebasa de largo el centenar de socios– tan sensible y trascendental movimiento, confía gozar del respaldo de esta, toda vez que los actuales gestores, sportinguistas de pro, entienden que bajo ningún concepto se traicionará al espíritu con el que se alumbró al club en julio del 74 mediante el polémico pacto de fusión entre Unión y Menorca. El Sporting de Mahón –de ser esta finalmente la nomenclatura escogida, que es por la que aboga el grueso de la directiva–, preserverá colores y el escudo de Maó en su logo e igualmente portará el nombre de la ciudad en su denominación, preceptos asumidos como insobornables en el instante del nacimiento del Mahonés casi 39 años atrás. La mutación la aconseja también el posible ascenso del equipo juvenil –único en liza de la entidad a día de hoy– a Liga Nacional, en la que no podría competir como Mahonés de no solventar la deuda con la AFE (unos 120 mil euros). La FFIB sí convendrá en cambio a tramitar fichas con el nuevo nombre. Al respecto, destacar que el técnico del equipo, Biel Llabrés, es la primera opción para conducir los destinos del futuro Sporting en Regional siempre que no se consume el ingreso en Liga Nacional. Será el mismo entrenador mahonés, de sobrada implicación en el proyecto, quien decida el extremo.
Y aunque las gestiones que deben llevarse a término en futuras fechas serán arduas, fuentes del Sporting desvelan también que existe un boceto de plantilla –será integrada en su mayoría por jugadores formados en Maó– y que el Sporting Illa de Menorca persistirá como su entidad de cantera, conservando intactos estatutos y directiva propia. El mayor hándicap que arroja el velado forjamiento del nuevo club es el riesgo de perder el ingente palmarés acumulado desde el 74 (1 liga de Tercera, 3 de Regional y nueve temporadas alternas en Segunda B), aunque nadie duda en Bintaufa de que la ‘memoria histórica’, como aconteció con Seislán e Isleño en relación a Unión y Menorca entre 1975 y 2001, seguirá atribuyendo como suyos aquellos logros.
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