Como diría el famoso periodista ya retirado, “al pan, pan, y al vino, vino”. El pasado 11 de julio el Diari dedicó su contraportada a Sergi Enrich. El futbolista de Ciutadella, eternamente cedido por su equipo, el RCD Mallorca, volvía a pasar un verano de incertezas, y volvía a ser ‘enviado’ lejos del Iberostar Estadi para que demostrara, una temporada más, que su sueño de jugar en el equipo bermellón es real.
Fue otro verano en el que el bueno de Sergi se mordía la lengua en más de una ocasión. Quería quedarse en Palma, demostrar que podía jugar en Primera con su equipo del alma. Pero los técnicos del Mallorca decidieron que lo mejor era que se fuera cedido otra vez. Su destino, ahora, el Alcorcón madrileño de Segunda División A.
Sergi no le hizo ascos a este modesto club. Al contrario. Lo dijo alto y claro. “Vengo a aprender y a progresar en mi juego. Aquí estoy muy bien. Es un club modesto y como una familia. Me siento como en Ciutadella”, dijo entonces y ha vuelto a repetir en la llamada de Es Diari. Porque a Sergi había que llamarlo. Es de justicia. Porque ahora Sergi está teniendo la suerte que parecía tan esquiva. Casi es otro sueño tan grande como volver al Mallorca.
Le costó entrar en la dinámica de partidos del Alcorcón. Quería minutos, y no los tenía. “Llegué con todo empezado y aquí hay dos delanteros como Oriol Riera, el actual pichichi, o Quini. Me ha costado bastante entrar”. Lo dice pero ahora sonríe. “Llevo dos partidos como titular y llevo dos goles”. Es para estar contento. Porque uno de sus tantos, el segundo el domingo pasado ante el Mirandés, significó un 0-2 que coloca al Alcorcón, al menos durante esta semana, como segundo clasificado en la Segunda División A. Es algo tan grande, que si la liga acabara hoy, el Alcorcón estaría en Primera.
“Es increíble lo que está viviendo este club modesto. Tenemos el presupuesto más pequeño de la categoría. nuestro objetivo era la salvación, y ya tenemos 54 puntos. Sales a la calle y la gente alucina pero seguimos siendo humildes ¿sabes? Esto no nos pasará nunca más”. Es posible, pero, a la vez, sería poco inteligente no vivirlo.
“Sigo pensando lo mismo que cuando llegué. Que hay que ir poco a poco, que hay que trabajar. Mi idea es volver al Mallorca, es mi equipo”, reconoce Sergi. Surge una pregunta con segundas. ¿Le han llamado de Palma? “Sí, mucha gente… ¿Te refieres al club?
Bueno… no. Del club no. Pero lo que importa es el final de temporada. No sufro”.
Puestos a buscarle tres pies al gato, vistazo a la clasificación. A día de hoy, el Alcorcón sube y el Mallorca baja. Menuda paradoja ¿no?. “A ver. Que el Alcorcón suba es complicado y todo un sueño. Sería fantástico pero espero que el Mallorca se salve. Soy mallorquinista. Ellos me formaron como persona y como futbolista. No quiero que desciendan”. Dicho queda.
Como queda lo vivido y lo que siente. “Me hace mucha ilusión que mi familia esté orgullosa. Saben lo que me está costando hacer real mi sueño. Me fui de casa con 14 años. Me han llamado mi cuñada y mi hermano de Ciutadella. Han sido padres hace poco y me alegra que estén contentos también por mi”.
Decía Cruyff que lo difícil no es llegar, es mantenerse. El Alcorcón, tras lo conseguido, ¿cómo debe encarar lo que queda de campeonato? Sergi no oculta que lo que queda “va a ser complicado” pero que “no tenemos que olvidar lo que somos. Ni el equipo ni la afición. Hay que valorar el momento. Si acaba bien, mejor. Si no, mira lo que hemos conseguido”. Eso a nivel de equipo. A nivel personal “estoy contento. Ahora las cosas me salen pero soy consciente de que Oriol Riera ha hecho muchos goles y es difícil estar en su puesto. Pero estoy a tope, trabajando. Si soy titular, vale. Y si tengo que salir desde el banquillo, lo daré todo igual”.
Diario de Menorca
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