Alineaciones:

San Rafael: Jose Manuel Garcia, Elias J Siligato, Ivan Morales, Adrian W Sanchez, Adrian Ramos, Manuel Exposito, Carlos Moro, Ruben Martinez De La Torre, Juan M. Perera, Manuel Aparicio y Daniel Ribas.

Sustituciones: Jose A Fernandez por Manuel Aparicio (min.19), Vicente Ferrer por Daniel Ribas (min.61) y Carlos Fernandez por Elias J Siligato (min.67)

Collerense: Xavier Flexas, Alejandro Diaz, Marc Mestre, Raul Gomez, Juan De Dios Garcia Martinez, Antonio J Blazquez, Roberto Mateo, Daniel Lozano, Alejandro Muñoz, Luis Camacho y Roberto Navarro.

Sustituciones: Francisco J Garcia por Antonio J Blazquez (min.46), Sergio Arjona por Alejandro Diaz (min.64) y Sergio Nieto por Daniel Lozano (min.90)

Goles: 0-1 Luis Camacho (min 35) y 1-1 Adrian Ramos (min 82)

Árbitro: Jose Roman Escribano Jimenez. asistido por Julian Cordoba Moreno y Miguel Domato Pedreira.

Tarjetas: Jose A Fernandez (amarilla, min 53), Manuel Exposito (amarilla, min 63), Adrian Ramos (amarilla, min 84) y Carlos Fernandez (amarilla, min 84) para el San Rafael. Daniel Lozano (amarilla, min 40), Alejandro Muñoz (amarilla, min 42), Roberto Mateo (amarilla, min 51), Sergio Arjona (amarilla, min 68) y Marc Mestre (amarilla, min 81) para el Collerense.

Comentario:

Hay veces que los partidos se enquistan y la propuesta más rácana y pobre se impone o queda a la misma altura de otra superior, al menos en el marcador. Es lo que ha pasado en Sant Rafel, donde el Collerense se ha llevado un punto sin merecerlo, 1 a 1. Marcaron los mallorquines de penalti en el minuto 35 un tanto que quisieron rentabilizar obviando por completo cualquier concepto del juego que no tuviera que ver con la destrucción. Supo ocultar el rival de los ibicencos todas sus limitaciones, que son muchas, al menos por lo visto en este choque, mediante la interpretación de una obra de teatro cuyó único argumento giraba en torno al robo premeditado de minutos a un reloj que corría despacio para ellos y deprisa para su adversario.

Fue mejor el San Rafael desde el principio, pero concedió un penalti por manos en una contra ajena y tuvo que remar a contracorriente durante muchos minutos para, al final, sumar un solo punto, también con un gol de penalti. Frena este resultado de forma importante su progresión y sobre todo las opciones de alcanzar la zona de play-off. Aunque sigue existiendo la posibilidad, esta se ve ya lejana y ciertamente complicada.

Los jugadores de Vicente Román se hicieron con el balón nada más comenzar y pusieron la portería rival en el punto de mira. Deambulaba el equipo local por las inmediaciones del área contraria sin demasiado esfuerzo ni una oposición clara pero se atascaba en los metros finales, en los que se gestan los goles. Los envíos al área no llegaban, en la maýor parte de las ocasiones, a su destinatario y cuando lo hacían éste no acertaba en el remate.

Se marcharon los dos equipos a los vestuarios con el Collerense por delante en el marcador tras un único tiro a puerta, el de la pena máxima, en las estadísticas de los primeros 45 minutos. Un bagaje muy pobre en comparación con el del San Rafael, que sin hallar el camino del gol había generado acciones de peligro suficientes como para ir ganando en el intermedio.

Colgados del larguero

La segunda parte empezó con el Collerense encerrado a cal y canto en la retaguardia y el San Rafael volcado sobre su portería. Los balonazos con los que el cuadro visitante repelía los ataques locales eran rápidamente recuperados por los futbolistas del San Rafael, que, una y otra vez, volvía a la carga sin desmayo ni premio al desgaste. Hasta que, en el minuto 82, un penalti en el área mallorquina abría la puerta a la esperanza para los locales. No falló Ramos desde el punto fatídico y desde ese instante y hasta el final el Collerense vivió un calvario que trató de mitigar perdiendo todo el tiempo que pudo y más.

Con el San Rafael volcado sobre el área tuvo una contra el Collerense para probar suerte desde lejos, pero Moro estuvo atento y paró el disparo en una buena intervención. Se las apañó el visitante para no encajar más goles e irse contento con un punto para el que no hizo méritos.

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