Como han cambiado las cosas en Inca. Eso es lo que deben pensar Joan Esteva, sus hombres y toda la afición del Constància. La victoria lograda por los del Raiguer ante el Orihuela ha hecho que la ilusión y la esperanza de mantenerse en la Segunda División B renazca en un histórico del fútbol mallorquín. De hecho, el cuadro de Inca ha cerrado una semana para enmarcar: Ha sumado tres victorias ante rivales muy complicados como son el Alcoyano, Valencia Mestalla y Orihuela.

Esos nueve puntos sumados de nueve posibles han catapultado en la tabla a los blanquinegros que han salido del descenso y son, ahora mismo, el equipo que ocupa la plaza que da derecho a disputar la promoción para quedarse en segunda B.

Aunque en la entidad se es consciente de que se ha dado un paso importante también existe la certeza de que lo que se ha hecho no es definitivo y, sin ir más lejos, el partido del domingo que viene ante el Espanyol B se antoja clave ya que puntuar en tierras catalanas sería un golpe de efecto para los mallorquines.

Desde el banquillo, Joan Esteva comienza a recoger los frutos de un trabajo duro y complicado. El catalán ha logrado implantar su caracter y su sabiduria al equipo y a pesar de las dificultades económicas y de las claras limitaciones deportivas está sacándole el máximo partido a una plantilla bastante renovada en la que la veteranía y la juventud se han mezclado a partes iguales. El buen hacer de fútbolistas ya curtidos como Esteban, Gaspar, Jaime, Oller, Joan Vich, Cristian, Isma, o el ex blanquiazul Fullana, unido a jugadores de una gran proyección como Sergio Sanz, Campoy, David, Rosselló o Mateu Ferrer ha hecho que el cuadro balear vaya ganando enteros en esta recta final. «Estamos trabajando bien, la plantilla cre en sus posibilidades pero no debemos bajar los brazos, los partidos que nos quedan en el Nou Camp van a ser decisivos» apuntó ayer Esteva a este diario.

 

 

Pedro Bonet para Fútbol Balear.