* Recuerda la ‘escasa estabilidad y nula credibilidad’ últimamente

* ‘El club ha escrito una de sus páginas más negras de su reciente historia’

* Manzano defiende la necesidad de conservar una propiedad profesional

Tenía ganas y llevaba mucho tiempo callado, aunque muchos ya intuían lo que el entrenador del Mallorca pensaba y que estaba a punto de estallar, más aún teniendo en cuenta que Mateu Alemany ya ha recuperado el control del club y se ha perdido de vista a la familia Martí Mingarro.

El míster ha elegido su blog para atacar duramente a los anteriores propietarios del club y dice que «un proyecto deportivo en Primera División es cosas de todos y no de unos pocos y en algunos casos de nadie en particular y no venga a servirse del club sino a servir sin interés alguno a una comunidad deportiva». Pero Manzano no se queda ahí y afirma que «al fútbol no sólo se va al palco a presumir de una tarde de domingo».

El entrenador del Mallorca, Gregorio Manzano, defiende la necesidad de conservar una propiedad, directiva y profesionales que velen por el buen nombre de una entidad casi centenaria como es el RCD Mallorca. Bajo el sugerente título ‘No volver a equivocarnos’, Manzano también hace una valoración de lo ocurrido con la anterior propiedad del club isleño por parte de la familia Martí Mingarro.

Manzano hace referencia a la «escasa estabilidad y nula credibilidad» que la gestión institucional del club ha tenido en los últimos tiempos y aboga por «un presidente que sepa, quiera y se comprometa a motivar con ideas realistas, coherentes y sensatas a nuestra masa social que siendo escasa, es generosa y cálida, sufridora y cariñosa, sencilla pero orgullosa».

«El tiempo y las circunstancias pusieron al club en manos de una familia desconocida en el mundo del fútbol y en concreto de un joven de treinta y pocos años que decía saber de esto», continúa Manzano, que sigue atacando en esta ocasión a Martí Asensiio al asegurar que «vio que en cuatro o cinco años podría llegar a ser el nuevo Dios del balompié español. Empezó pronto a equivocarse. No tenia capacidad de observar, de escuchar, de analizar, ni tuvo la empatía para ganarse a la voluntad más importante en este club, sus gentes».

Por último, el de Jaén asegura que «el club ha escrito una de sus páginas más negras de su reciente historia, la experiencia nos debe de servir para no volver a equivocarnos. Mallorquines, socios, simpatizantes, políticos, consejeros, profesionales, empleados, no tiremos por tierra estos casi cien años de historia».

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