Francisco Natera. Una vez más, el veterano colegiado Julián Córdoba ha sido el elegido para impartir justicia en el partido de la temporada, el encuentro más importante y trascendente del curso 2012-2013 de la Regional Preferente, donde Portmany y Puig d’en Valls se juegan el ser o no ser en la fase de ascenso a Tercera División. Un enfrentamiento de calado requiere de un árbitro que esté a la altura y Gregorio Toledo, delegado insular del colectivo arbitral en las Pitiusas, no se lo ha pensado dos veces a la hora de designar a Córdoba, uno de los mejores. El trencilla, como vulgarmente se suele decir, tiene el culo pelado en estas lides, y según apunta, afronta este atractivo duelo «como uno más, aunque no deja de ser un orgullo que se hayan fijado en mí para este choque. Es un premio a mi trayectoria, por lo que, repito, es para estar agradecido». Córdoba, a pesar de lo que se juegan ambos rivales en el encuentro y del ambientazo que se espera en la grada, no se siente presionado. «Sé que estaré observado con lupa y que la gente estará pendiente de mi actuación, pero no es algo que me preocupe. Ya he pitado partidos de este tipo en anteriores temporadas y he salido muy satisfecho», asevera este árbitro, a quien lo ínico que le preocupa es no ser el protagonista de la cita. «Lo único que espero es no tener que leer en Fútbol Pitiuso que la he liado en San Antonio», matiza con sentido del humor.
El colegiado sostiene que su intención es ser justo, «tanto para uno como para otro equipo» y que siempre que salta a un terreno de juego lo hace con el propósito de hacer su labor lo mejor posible. «Ese es mi objetivo. Mi idea es repartir justicia, aunque está claro que puedo equivocarme, igual que lo hace un jugador o un entrenador, pero si cometo un error jamás será a propósito ni para perjudicar a nadie», afirma un Córdoba que tiene la seguridad de que los futbolistas se dedicarán a jugar y colaborar para que todo salga bien. «En todos los partidos de importancia que he arbitrado nunca he tenido problemas en este sentido. Los jugadores, una vez que saltan al campo, se concentran en el juego y tratan de superar al oponente desde la competitividad», puntualiza Córdoba, criticado últimamente por la parte de la afición, que entiende que ha favorecido al Rapid Bfit, equipo entrenado por su hermano Iván. «Sé que mucha gente ha pensado que le he ayudado, pero nada más lejos de la realidad. A la vista está que no tiene ni opciones de ganar la liguilla. Al final, todos los conjuntos están donde merecen y Portmany y Puig han demostrado una regularidad que le permite llegar al final con opciones de cara al título», apostilla.
Para Córdoba es vital dirigir un partido sin tener predilección por un equipo en concreto. «Yo no soy ni de uno ni de otro y es muy importante pitar encuentros siendo imparcial y sin sentir más los colores de uno u otro club. Si me ocurriese esto yo no estaría ejerciendo porque no tendría ningún sentido dedicar mi tiempo a este mundo», resalta.
Córdoba, asimismo, destaca que los árbitros son muy diferentes entre sí y que todos tratan de hacer cumplir el reglamento como mejor saben, pero asegura que «si uno tiene tendencia a sacar tarjetas con demasiada facilidad, por poner un ejemplo, que lo haga para los dos equipos por igual». «De todos modos, creo en la profesionalidad de mi colectivo y pitamos los encuentros tratando de ser lo más justo posible. Eso no quita que algún día puedas favorecer a un rival con alguna decisión, pero también puedes perjudicarle en otra ocasión», prosigue.
Sea como fuere, este veterano del silbato desea suerte al Portmany y al Puig d’en Valls, así como a sus entrenadores. «Les deseo lo mejor. Sé que se están jugando la temporada, pero también sé que competirán de manera deportiva por conseguir la victoria», indica un Córdoba que defiende a su agrupación, asegurando que «nosotros también nos jugamos mucho; que nadie se crea que los árbitros pitamos y ya está. El colectivo arbitral también tiene responsabilidades y si no lo hacemos bien durante la temporada podemos bajar de categoría y también podemos no subir peldaños en nuestra carrera».
El fútbol pitiuso, sin lugar a dudas, tiene la suerte de contar con un colegiado honesto. Gustará más o menos, pero lo cierto es que, como él dice, pocos titulares críticos hacia su labor se han podido leer en la prensa los lunes. Córdoba tiene cuerda para rato. «Me encuentro bien y acabo los partidos satisfecho. Considero que hago bien mi trabajo, así que de momento no me planteo colgar el silbato», finaliza.
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