El Formentera viajará a Cantabria para jugar el domingo que viene el partido de ida de la primera eliminatoria del play-off de ascenso a Segunda División B. El sorteo celebrado esta tarde en Las Rozas ha querido que el conjunto de la menor de las Pitiüses se enfrente al Cayón, equipo de un valle del que reibe el nombre el club y que aglutina hasta diez pueblos diferentes que viven, mayoritariamente, de la agricultura, la ganadería y la fabrica de Nestlé, que está a pocos kilímetros del estadio. El valle tiene unos 5.000 habitantes, una población dispersa que, sin embargo, se reúne cada quince días para ver jugar a su equipo. Su campo se llama Fernando Artobiza, es de césped natural, grandes dimensiones y sus gradas suelen acoger entre 500 y 700 personas cuando la ocasión lo merece, como la de este próximo domingo.
El Cayón jugará este año por segunda vez en su historia y de forma consecutiva una fase de ascenso. El curso pasado fue cuarto de la Liga y cayó en la primera eliminatoria de acceso a Segunda B. Esta temporada ha acabado tercero y su entrenador, Jesús Mantecón, asegura que el objetivo es pasar al menos una ronda. “La idea es ir mejorando año a año y nos gustaría superar el resultado de la campaña anterior, aunque somos la cenicienta del sorteo”, comenta.
El conjunto cántabro destaca por su fortaleza defensiva y en 21 de 38 partidos de Liga ha mantenido su portería a cero. Fuera de casa ha perdido un solo encuentro en todo el campeonato y en total ha encajado tan sólo 22 tantos en el torneo de la regularidad. Su técnico asegura que su bloque tienen carencias y que tanto él como los jugadores son conscientes de ello. “Tratamos de suplirlas a base de trabajo y esfuerzo. Presionamos fuerte desde el primer minuto y tratamos de ahogar al rival para que no pueda desarrollar su juego. Si no lo hacemos así somos un equipo muy corriente al que puede ganar cualquiera. Nos falta gol, pero somos rápidos y nuestro fuerte es el balance defensivo”, señala
El 95 por ciento de los jugadores del Cayón son de la zona, casi al revés que el Formentera, y su media de edad ronda los 25 años, explica su entrenador. “Tenemos muchos jugadores jóvenes y algunos un poco más veteranos y con algo más de experiencia. Lo mejor de nuestra plantilla es la competitividad, es un grupo que solo tiene dos o tres detalles de calidad pero muy solidario y entregado que basa su éxito en el juego colectivo por encima de las individualidades”, relata el preparador del Cayón.
Subir, “una utopía”
El Cayón se toma, al igual que el Formentera, la fase de ascenso como un premio a una buena temporada. “Subir de categoría es una utopía. No contamos con la infraestructura necesaria para jugar en Segunda B y tampoco hay recursos económicos suficientes”, comenta Mantecón, que cumple este año su segunda temporada como técnico del equipo, aunque ya estuvo sentado en el banquillo en una etapa anterior que duró siete campañas, entre 1996 y 2003.
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