El técnico holandés se encuentra unos días descansando en Ibiza, isla -en la que aún tiene pendiente una conferencia práctica con los preparadores pitiusos, ya que no pudo asistir a las jornadas formativas de la semana pasada, en las que era el gran invitado. Ahora no ejerce en los banquillos, pero comenta partidos de Champions para la televisión holandesa y participa en dos programas del canal Sky británico.
–¿Cómo lleva su faceta de comentarista? ¿Es más crítico cuando trabaja como periodista o como entrenador?
-Es más fácil serlo de comentarista porque se pueden ver las cosas mucho mejor, con las repeticiones, y es más sencillo.
-¿Entiende más ahora a los periodistas que cuando ejercía de técnico?
-Mi relación con los periodistas no es la mejor del mundo. Nunca me ha gustado hablar con ellos. Entiendo que tienen que hacer su trabajo, pero a veces hay conflictos, por diferentes situaciones, entre el entrenador, que quiere tranquilidad para su equipo, y los periodistas, que necesitan escribir. A los comunicadores les interesan los problemas y los líos. El otro día, en una entrevista que le hicieron a [José] Mourinho en Londres, le preguntaban por los futbolistas que no iban a jugar. En el próximo partido, sucederá lo mismo con los que no estén. Un conjunto de fútbol es más que once futbolistas.
-Por esto que comenta, ¿entiende el comportamiento de Mourinho levantándose de la rueda de prensa enfadado?
-No lo entiendo porque tiene que ser siempre un profesional. En ese momento está representando a un club [el Chelsea] y no creo que se tuviera que marchar. Pero también hay sentimientos de por medio. Podría ser que tuviera algún problema con alguno de los periodistas, pero no lo sé. A veces es mejor aguantar para no echar más leña al fuego.
-¿Es más respetuosa la prensa que hay en Inglaterra o la de España, o la de Barcelona, que es la que usted más conoce?
-Creo que en todo el mundo es igual.
-¿Un hombre de fútbol como usted puede vivir separado de este deporte?
-Rotundamente, no. Es imposible. Yo creo que ahora veo más fútbol que antes. Igual me trago diez encuentros cada semana.
-¿Cómo recuerda su etapa de segundo entrenador del Barcelona junto a Frank Rijkaard, entre 2003 y 2006?
-Fue una época muy buena. Cogimos al equipo en una mala situación, había acabado sexto o séptimo en la Liga.
Cuando llegamos tuvimos que limpiar la plantilla, algo que no es fácil porque separamos a amigos. Hubo que ganarse la confianza de los futbolistas y construir un conjunto nuevo con un fútbol diferente. Las primeras cinco o seis semanas fueron horrorosas, pero nuestra fuerza fue que creíamos en nuestras ideas y sistemas. Teníamos un equipo de entrenadores muy bueno, con Eusebio Sacristán, Juan Carlos Unzué, Frank Rijkaard y yo.
-Al final se salieron con con la suya y acabaron triunfando…
-Con nosotros las cosas mejoraron, aunque el público no lo viera al principio porque solo se fijaba en los resultados. Lo importante es que el equipo iba creciendo. En enero de 2004, nuestras ideas fueron aceptadas por la plantilla y los directivos, pero la prensa nos estaba matando. Llegaron los resultados y ganamos trece partidos consecutivos. El Barça llegó a estar 18 puntos por debajo del Madrid y a 21 del Valencia. Acabamos segundos, con ocho puntos más que el Madrid y dos o tres menos que el Valencia de Benítez, que fue campeón de Liga. Jugábamos siempre igual, tanto fuera como dentro de casa. Si ganábamos bien, y si perdíamos, mala suerte.
-El éxito se confirmó en las temporadas siguientes…
-El segundo año fue espectacular ya que ganamos la Liga con mucha antelación y la Supercopa española. En el tercero conquistamos la Champions, además de la Liga y la Supercopa de España de nuevo.
-Lo que apasiona ahora es el estilo vistoso y de toque que utilizan el Barcelona y la selección española, pero la escuela holandesa empezó con el llamado fútbol total en la década de los 70 gracias a Rinus Michels.
-La filosofía del Barcelona, de apostar por el buen juego, está implantada desde hace ya muchos años. Su fútbol es una mezcla del estilo fijado por el club y el modelo holandés. El otro día vi al Bayern de Múnich contra el Manchester City y jugaron muy bien, pero con futbolistas más potentes y más rápidos. Creo que el fútbol está cambiando y este [el del Bayern] es el del futuro. El Bayern [que entrena Pep Guardiola] mezcla el modelo del Barça con lo mejor del fútbol alemán.
-Alemania, desde que la cogió Jürgen Klinsmann como seleccionador y ahora con Joachim Löw, apuesta más por el balompié combinativo…
-Han cogido el estilo holandés, pero no para copiar, sino para perfeccionar. En este momento, el fútbol alemán es muchísimo mejor que el neerlandés. También porque los jugadores en Holanda salen del país muy jóvenes, con solo 16 años. Es un tema de dinero.
-En la final del último Mundial, entre Holanda y España, ¿qué equipo le gustaba más?
-El conjunto español fue mejor y mereció vencer, pero soy holandés y quería que mi selección ganara ese partido. En una final solo vale el resultado, no el estilo ni la manera. Por ejemplo, en la de la Liga de Campeones que nosotros, en el Barcelona, jugamos contra el Arsenal [2006], no fue nuestro mejor partido, pero el marcador nos dio la victoria.
„¿Cómo ve el próximo Mundial? ¿Cuál es su favorito?
„Brasil, porque la competición se juega allí. Con el apoyo de sus aficionados será muy difícil ganarles. Pero luego también estarán Alemania, España y Argentina. Quizá podría aparecer Italia porque los italianos están variando su estilo de juego y el equipo nacional es muy fuerte. Holanda, en absoluto. La selección está cambiando ya que Van Gaal ha introducido a muchos jugadores jóvenes. Fue el primer equipo en clasificarse para el Mundial y tiene futbolistas de calidad, pero les falta experiencia y fuerza. En cuatro o cinco años mi país estará otra vez en la cima. En el fútbol los éxitos no perduran, todo sube y baja, hay ciclos. Lo que está pasando ahora con el Barça no es normal: llevan desde 2003 ganando títulos.
-¿Le sorprende todo lo que ha logrado el Barça en esta década?
-No porque la base del club es muy buena: formar jugadores jóvenes de la cantera para que lleguen al primer equipo. No todos lo consiguen, pero hay muchos jugando en otros clubes de la Liga española o el extranjero. Además, los futbolistas pueden ser algún día entrenadores y traspasar a las nuevas generaciones la filosofía que han aprendido. Es como cuando los niños, al hacerse mayores, piensan en cómo hacían las cosas sus padres.
-¿Por qué cree que el Real Madrid no aprovecha su cantera, tan prolífica como la que tiene el Barcelona?
-Creo que el Madrid no tiene la paciencia para que los jugadores crezcan y se adapten al primer equipo. Tienen muchos futbolistas con talento, con la misma calidad o mejor que los del Barcelona. El Barça es un club en el que hacen crecer a los futbolistas de la base y el Madrid compra estrellas. Recuerdo la palabra galácticos, que pronunció Florentino Pérez [presidente de los madridistas] al referirse a sus grandes estrellas. Eso en el Barça no encaja.
-Hablando de galácticos, ¿qué le parece que el Madrid haya pagado 100 millones de euros por Gareth Bale?
-Creo que ningún jugador tiene ese valor. Es una estrategia de marketing y de cosas que están fuera del fútbol: tener al futbolista más caro, al que gana más dinero que ningún otro… Vale mucho más para el Real Madrid que para el Barça. El Barcelona es un equipo más normal y más cercano a la gente. La conexión entre los culés y el club es más cercana. Creo que en el Madrid hay mucha más distancia. Por ejemplo, hasta no hace muchos años, el primer equipo entrenaba en el Camp Nou a puertas abiertas. Esta también es una diferencia entre un club y otro. No quiere decir que el Barça sea mejor que el Real Madrid, que es una gran entidad con una historia enorme. De hecho, han ganado más títulos que los azulgranas.
-Hablando de grandes jugadores, el cuerpo técnico en el que usted estuvo en el Barça fue el que hizo debutar a Leo Messi en el primer equipo. ¿Esperaba lo que ha pasado con el argentino?
-Esperaba que fuese un jugador con una clase diferente a la del resto. En aquella época también estaba Ronaldinho en la plantilla, pero Messi era un jugador de 16 años que llegaba con mucho descaro. No tenía miedo a nada. Era un chico que estaba enamorado del fútbol, como ha quedado demostrado. Es un jugador extraordinario. Cada 15 o 20 años sale un futbolista espectacular, de otro nivel. Por suerte, juega en el Barça y no en el Madrid.
-¿Leo Messi es el mejor que ha visto usted?
-Sí. El fútbol de ahora es más exigente que nunca. No se podría comparar con las épocas de Pelé, Cruyff, Maradona, Di Stéfano…
-¿No equipara el nivel de Messi a hombres como Cristiano Ronaldo o Neymar?
-Leo Messi es único, el mejor del mundo. Llegará el momento en el que haya alguno más brillante que él, pero ahora mismo no.
-¿Cómo ha sido su experiencia como entrenador en China, en el Shandong Luneng Taishan?
-He visto mucho talento técnico en los jugadores de China, pero los grandes clubes europeos aún no se han fijado. Bueno, el Ajax ya tiene a un jugador chino que es muy bueno. Llegará el momento en el que el mejor futbolista del mundo será un chino. Estoy seguro de esto. Es un país en el que cada día hay más calidad, gracias a los entrenadores y futbolistas europeos y sudamericanos que van allí. Además, cuentan con grandes directores técnicos y las posibilidades y el dinero para progresar cuando lo deseen. Donde yo estaba había una ciudad deportiva que no la tiene ningún club de Europa ahora mismo.
Diario de Ibiza
Comenta esta noticia
Los comentarios están desactivados temporalmente. En breve estarán disponibles de nuevo.