Es la cara amarga, aunque real, del deporte. No obstante, el medio centro del CE Mercadal de la Tercera División de fútbol Toni Fedelich (Ciutadella, 1990) parece que ya está saliendo de su particular infierno.
El fornido jugador ciutadellenc se encuentra justo en la fase final de su larga recuperación de las dos operaciones de rotura del menisco de la rodilla de la pierna izquierda de la que fue intervenido por partida doble al no haber salido como estaba previsto la primera. Desde hace cerca de un mes el corpulento medio del Mercadal se está ejercitando a las órdenes del técnico Lluís Vidal junto al resto de compañeros y está pendiente ya de que en cualquier momento el preparador mahonés lo ponga en la pizarra de convocados.
Una noticia que Fedelich espera con enorme ilusión y ganas, aunque consciente de la dificultad que conlleva entrar en dinámica de equipo cuando llevas prácticamente un año sin pisar los terrenos de juego.
Fue el pasado mes de septiembre cuando, en pleno entrenamiento en el Municipal de Sant Martí, el ciutadellenc se rompió; justo cuando apenas se llevaban tres partidos de liga disputados.
Tras diferentes opiniones y exploraciones, Fedelich se operaba en diciembre, una intervención quirúrgica que no salió bien y que tuvo que repetir este pasado mes de agosto; y ahora sí, con el éxito esperado.
O sea, que tras más de un año en el dique seco, Fedelich está ya a plena disposición para Vidal. «Supongo, y espero, que el ‘míster’ pronto vuelva a contar conmigo. Sé que no es fácil porque llevo cinco años en el Mercadal y me costará entrar en el once al principio. Somos unos cuantos jugadores que podemos jugar en el centro del campo y la competencia es dura», manifiesta el jugador.
No obstante, para Fedelich, «considero que puedo ser un jugador importante en lo que resta de temporada», exclama esperanzado el rojiblanco, jugador que este verano sonó con fuerza para regresar al Penya Ciutadella.
Dolores insoportables
Reconoce el jugador del Mercadal que todo este tiempo en el dique seco ha sido muy duro. Y más con 23 años. «Lo más duro y complicado sin duda era el hecho de que siendo tan joven, y con una operación en principio sencilla como lo son las de menisco, la cosa se alargase y los dolores insoportables no fueran a menos», recuerda con voz amarga.
Por ello, durante estos largos meses, la cabeza de Fedelich ha ‘recorrido’ muchos kilómetros: «A ver, en ningún momento me llegué a plantear seriamente la posibilidad de colgar las botas y abandonarlo todo porque el fútbol me encanta y es mi pasión. Sin embargo, sí que es cierto que llegas a pensar de todo y la cabeza te va demasiado lejos en según qué momentos de debilidad», cerraba ayer el jugador justo antes de coger carretera para ir a entrenar de nuevo.
Diario Menorca
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