Tomeu Maura.
El Mallorca ingresa las nóminas a sus jugadores y trabajadores habitualmente el 28 de cada mes. En esta ocasión, sin embargo, no va a poder ser así. ¿La razón? No hay nadie con firma autorizada para dar al banco la orden de transferencia. Ojo porque entramos en terreno pantanoso. Los futbolistas pueden soportar ser suplentes, pueden soportar que les insulte su afición e incluso que el entrenador les deje en la grada, pero si les tocan el bolsillo muerden, y seguro que al vestuario no le hace ninguna gracia esta broma.
Ayer miércoles el director general Michael Blum remitió una carta a los consejeros solicitando que se otorguen poderes a alguien. Se está intentando además celebrar un Consejo de urgencia mañana viernes, pero eso depende de Cerdà y el martes nadie fue capaz de proponer una fecha concreta para la próxima reunión. El Mallorca está ahora mismo en una situación esperpéntica porque si se agotaran los folios y hubiera que ir a comprar nadie tiene poder para hacerlo o autorizarlo.
Si hay sentido común y buena voluntad (y no he escrito esto último porque sí) en la próxima reunión del Consejo se habilitarán poderes suficientes para que el club pueda funcionar en el día a día. Si no es así y hay mala intención (que lo empiezo a sospechar), nos vamos a encontrar sumidos en el caos.
Comenta esta noticia
Los comentarios están desactivados temporalmente. En breve estarán disponibles de nuevo.