Eso se encontrará el Girona el próximo domingo en Montilivi, en el partido que decidirá el futuro de los dos equipos en la competición.
Javier Olaizola y Pep Alomar tienen decidido adelantar la línea de presión con el objetivo de recuperar el balón lo más cerca posible del área adversaria, con el fin de no tener que recorrer tantos metros para llegar al gol. Por supuesto eso implica correr riesgos atrás, pero el nuevo cuerpo técnico cree que vale la pena porque es consciente de que la permanencia sólo se conseguirá a base de victorias.
El equipo entrenó ayer a puerta cerrada sin dar demasiadas pistas, pero llama la atención el protagonismo que se les dio a los veteranos. Aouate, Nunes, Antonio López y Martí jugaron con los previsibles titulares, aunque ninguno de ellos lo hizo durante todo el partido.
Aparentemente Olaizola y Alomar meditan depositar sobre sus espaldas el peso de un partido decisivo en el que la experiencia puede ser un grado, pero no es una decisión que aún se haya tomado. Quedan dos entrenos y hasta el domingo no se sabrá el once.
«Olaizola es un entrenador diferente a los que hemos tenido hasta ahora. Está muy encima de nosotros, no nos deja cometer errores y al mínimo fallo está ahí para que lo corrijas. Con mucha ilusión de que llegue el partido y cerrarlo con los tres puntos», dijo tras el entrenamiento Pedro Bigas, que no dejó su lugar en el centro de la defensa ni un solo minuto, lo que hace pensar que será titular.
Pedro bonet para Fútbol Balear.
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