M. Alzamora
El máximo accionista del Real Mallorca, Llorenç Serra Ferrer, ha ofrecido esta mañana una rueda de prensa en S’Olivaret, hotel de su propiedad, en la que ha anunciado que tiene previsto dimitir como consejero pero manteniéndose como accionista a la espera de que surja una nueva propuesta por parte de un inversor que se interese por su participación.
En una larga comparecencia ante los medios de comunicación, Serra Ferrer ha cargado con dureza contra el presidente del club, Gabriel Cerdà, mostrándose arrepentido por haberlo implicado en el proyecto iniciado hace cuatro años. Ha sido «mi mayor equivocación y pido disculpas al mallorquinismo».
Serra Ferrer insiste en que la sindicación con Cerdá «no es válida» y afirma que en su día se firmó el documento «para dar estabilidad al Mallorca».
Tras defender su gestión económica y deportiva, el consejero del club bermellón ha reconocido que «hoy no es el día más feliz de mi vida porque entiendo que es el fin de mi legislatura y debo poner punto y final».
Respecto a los conflictos institucionales, Serra Ferrer los ha calificado de «esperpénticos» añadiendo que han supuesto un desastre, calificando la gestión de «baja y ruin». «Es intolerable que en un Consejo haya consejeros pasando correos a unos y otros. No es serio», ha añadido.
Por todo ello, ha deslizado la posibilidad de llegar a un acuerdo con Utz Claassen para dotar de una vez por todas al Consejo de Administración de estabilidad accionarial, aunque reiterando que su decisión es apartarse definitivamente de la gestión.
UH
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