Vergüenza en Barajas

Afición mallorquinista
Afición mallorquinista

La espectacular nevada caída en Madrid y la falta de previsión de Aena convierte en un infierno el regreso de los cientos de mallorquinistas.

La afición del Real Mallorca tardará mucho tiempo en olvidar este viaje a Madrid. Lo que en principio era una fiesta para la afición, por el partido en sí, por la situación del equipo, por el ambiente festivo que ha marcado todo el desplazamiento, el más masivo de aficionados de los últimos años, ha acabado convirtiéndose en una pesadilla. Y todo por culpa de la nieve si, pero también de la falta de medios del aeropuerto de Barajas para estas emergencias, y finalmente por la falta de previsión y de tacto de Aena, que ha dejado a los cientos de viajeros tirados a su suerte en el aeropuerto.

El progreso de un país se mide por su capacidad de previsión y la calidad de los servicios a sus ciudadanos.Así que el suspenso es mayúsculo para Aena. No tiene sentido, es absurdo e irresponsable teniendo conocimiento de que el aeropuerto se va a cerrar indefinidamente, no habilitar serivicios básicos del aeropuerto. Familias abandonadas y niños sin poder ser atendidos como es debido, y todo por la tercermundista respuesta de Aena en Barajas. Ni una cafetería abierta, sin poder cenar, sin poder beber, los mallorquinistas han tenido que acudir a lo que quedaba en las máquinas de refrescos.Una vergüenza difícil de olvidar.

Es curioso como en en media Europa resuelven con agilidad y diligencia las nevadas que con frecuencia sufren sus ciudades y aeropuertos, cómo el deshielo de los aviones se produce de forma rutinaria y permite no colapsar un aeropuerto, y en nuestro país cada vez que hay una nevada hay caos. Con todo, lo peor no es eso, nadie quiere volar si no es en plenas condiciones de seguridad, lo que sí es mínimamente exigible es que los ciudadanos no sean abandonados a su suerte en un aeropuerto de la importancia de Barajas.

Ya de por sí el trayecto entre el Santiago Bernabeu y el aeropuerto fue un suplicio para los aficionados debido a las retenciones provocadas por el estado de las calles de Madrid, totalmente cubiertas de nieve, así como de las vías de conexión con el aeropuerto. Ya en Barajas ,el caos fue aún peor, ya que Aena sólo dejó operativo un filtro de seguridad , por lo que a las colas de facturación siguieron largas colas para pasar el arco de seguridad. Una vez superado el interminable escollo, había que esperar a embarcar, pero cuando parecía que lo peor ya había pasado, comenzó el auténtico calvario.

Una vergüenza.

RCDM

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