El técnico levanta ampollas por las críticas que lanzó contra la afición mallorquinista en Madrid.

JAUME BAUZÀ. PALMA. Gregorio Manzano pulveriza récords con el Mallorca casi a la misma velocidad con la que genera polémicas. En sus comparecencias públicas el andaluz trata de adoptar un discurso moderado que de vez en cuando aliña con declaraciones subidas de tono. En el último año el técnico ha provocado varios seísmos en el entorno mallorquinista al criticar duramente la inestabilidad institucional del club, el proceso de venta, la gestión de Javier Martí Asensio e incluso a la prensa de la isla. Pero nunca antes sus dardos se habían dirigido contra la sociedad mallorquina.

«Futbolísticamente hablando, Mallorca no es una sociedad positiva»; «El propio mallorquín debería mirarse su ombligo y pensar por qué sólo van 12.000 espectadores al campo» o «la gente, cuando hay un partido a las cinco de la tarde está comiéndose todavía la paella» son algunas de la frases lanzadas por Manzano el domingo en El País que han levantado ampollas. Lejos de rectificar, el andaluz se ratificó en un entrevista publicada ayer por el diario As. «En Mallorca hay un problema de cultura futbolística. En Palma la gente prefiere la paella al partido», declaró el técnico de Bailén.

A falta de grandes nombres en la plantilla bermellona, Gregorio Manzano ha canalizado en su persona el éxito deportivo del club. En su ´stage´ de cuatro días en Madrid el entrenador ha completado un recorrido por varios medios nacionales en el que ha desgranado las claves del milagro que ha llevado a su equipo a ocupar plazas europeas.

Las palabras del técnico andaluz no ha dejado indiferente a casi nadie. Para unos, son verdades como puños que ha expresado con valentía. Para otros, son producto de un resentimiento acumulado desde hace tiempo. Lo cierto es que Manzano ha traspasado una barrera. Ha pasado de solicitar reiteradamente el apoyo de la afición a criticar su falta de compromiso con el equipo. El de Bailén finaliza contrato en junio. Sus declaraciones dejan entrever que su ciclo a tocado a su fin.

DIARIO DE MALLORCA