Tomeu Maura.

CEO de un holding italiano con sólo 34 años, Filippo Ghirelli ha decidido apostar fuerte por el proyecto del Mallorca y habla sin tapujos sobre sus planes. Se le nota seguro y confiado en cerrar la compra la próxima semana. Además, promete un proyecto atractivo y económicamente solvente para solucionar los problemas de tesorería no sólo a corto plazo, sino para dotar al club de los recursos suficientes para volver a Primera División en el más corto espacio de tiempo posible.

Señor Ghirelli, después de muchas experiencias que no han sido positivas, la afición mallorquinista es muy reticente en cuanto a la llegada de nuevos inversores extranjeros. ¿Qué puede decirles para convencerles de que su proyecto es positivo?

El Mallorca es un prestigioso club que atraviesa una muy difícil situación, esperemos que reversible, motivada en gran medida por ciertas decisiones técnico-deportivas y financieras tomadas en los últimos tiempos que, lejos de aportar solvencia económica al club y lograr resultados deportivos satisfactorios, han arrastrado a la entidad a esta situación límite y a sus dirigentes al borde de la fractura social con la afición. Aún así, me gusta pensar en positivo: siempre hay tiempo para replantear un proyecto que se ha demostrado fallido y devolver a este equipo su reciente y glorioso pasado. Con respecto a la idea de que el capital proceda del extranjero, lo único que puedo decirle es que esta circunstancia no necesariamente tiene por qué ser peor que una opción local. De hecho, el proyecto liderado por el Sr. Serra Ferrer, mallorquín hasta la médula, no ha aportado ningún beneficio al club en esta última etapa.

¿Por qué comprar un club español y no uno italiano?

Cualquiera que conozca la realidad del fútbol italiano entenderá que las dinámicas impuestas por la legislación allí son muy diferentes a las españolas. En España, la gestión se debe basar en la capacidad real del club, algo que no ocurre en Italia donde el intervencionismo a otro nivel que el puramente empresarial está a la orden del día. Yo soy empresario y asumo el riesgo donde considero que es más viable hacerlo. Además, siento un cariño especial hacia Mallorca que no tengo por otras regiones de mi país. Soy romano y la Roma no está en venta… ni serviría para mi proyecto de establecer mi grupo de alguna forma en las islas.

¿Por qué el Mallorca?

Soy un enamorado de las Baleares desde hace años, y de Mallorca en particular. Llevo tiempo disfrutando mis cada vez más breves vacaciones en compañía de mi familia en esta isla donde tengo buenos amigos. Ellos son los que me animaron a apostar por este proyecto como primer paso para establecer una base de operaciones en las islas que sirva de inicio para una colaboración de futuro. Creo que invertir en Baleares es invertir en futuro. Aspiro a poder ganarme el cariño de los mallorquines demostrando en el día a día, con mucho trabajo y seriedad, que aunque uno venga de fuera puede compartir ilusiones y sueños con la gente de aquí, con los que siempre han apoyado a una institución tan importante como el Mallorca. Quiero pensar que llego para quedarme y estoy seguro de que, con la ayuda de buenos profesionales y el apoyo del mallorquinismo, así será. Espero que, poco a poco, me consideren uno más.

Sabe usted que el club necesita afrontar una importante ampliación de capital. ¿Va a asumirla su grupo? ¿De qué cuantía?

Es evidente que el club necesita un plan de choque que pasa por la inmediata ampliación de capital que dote de solvencia económica al club y de estabilidad a la entidad, empezando por el máximo órgano de administración y alcanzando hasta al último utillero, pasando por la plantilla de jugadores y equipo técnico. Si queremos devolver el equipo a primera no será suficiente una ampliación que permita subsistir hasta final de temporada liquidando las deudas a corto plazo, sino que deberemos dotar al club de la suficiente capacidad económica como para acometer las reformas estructurales necesarias y establecer una nueva política de inversiones, sobre todo en fichajes, que permitan afrontar el final de la temporada en plazas de promoción a Primera en lugar de intentar evitar el descenso a Segunda B, algo cada vez más cerca de seguir esta dinámica. Nuestro grupo es un grupo fuerte, con capacidad económica, que está dispuesto a hacer ese esfuerzo colocando así la primera piedra de un proyecto de futuro de mayor envergadura, tal como ya he expuesto anteriormente. La cuantía a aportar dependerá de la situación económica real del club, algo que deberá confirmar la correspondiente due dilligence.

¿Cuál sería su proyecto deportivo?

Una mayor estabilidad institucional acompañada de la inversión necesaria para dotar de recursos económicos al club y el saneamiento de las relaciones con la afición y los diferentes grupos mediáticos darán tranquilidad para afrontar los próximos desafíos deportivos. En cualquier caso, está claro que deberemos acudir al mercado de invierno para reforzar una plantilla que no ha sido lo debidamente planificada. Mucha improvisación y poco pulmón financiero han dado lugar a uno de los equipos más débiles de la categoría, algo que no digo yo, sino los mejores profesionales del sector. En cualquier caso, también en un futuro inmediato habrá que invertir en otros aspectos muy importantes que permitan devolver el equipo a la primera división del futbol español. Tenemos buenas relaciones con otros clubes españoles e italianos que harán esta cuestión más llevadera.

Se dice que tienen ustedes relación con Alessandro Gaucci y la empresa Sinergy, que fue propietaria del Cádiz. ¿Es cierto? Si lo es, ¿en qué medida?

Conozco a Alessandro Gaucci, a quien respeto como profesional del deporte. Sin embargo, niego rotundamente cualquier relación con la empresa Sinergy o con el proyecto del Cádiz. No tenemos nada que ver con ese asunto por más que algunos entornos así lo hayan insinuado.

 

El Mundo