“Afronto la situación actual aislándome, sin saber nada. No sé lo que ponen los medios de comunicación, ni lo que se dice, ni lo que se escribe. El partido del sábado es un ultimátum, pero también lo era el de Zaragoza, siempre estamos así los entrenadores y más cuando tienes tan pocos puntos. Debemos afrontar este partido como uno más, para mí por lo menos. Miguel Angel Nadal, es una persona que sabe de fútbol, que era entrenador y está informado de como trabajamos, que es y cómo se hace el trabajo. Por muy buen trabajo que hagas hay momentos puntuales en los que te sale todo al revés, él entiende perfectamente esto y yo creo que es esto lo que ha influido para tomar la decisión de ver que ocurre en este partido. También lo entiendo, dos puntos de ocho partidos, aunque fuera su hijo habría que sustituir al entrenador, es normal, algo hay hacer. Por muy bien que trabajemos, por muy bien que hagamos las cosas entre semana, si el domingo no llegan los resultados, aunque los jugadores estén trabajados y contentos con el cuerpo técnico, lo normal es destituirlo”.
“Nadal no me dijo que tenía un partido más, pero se entiende. Tampoco soy tonto. No tengo más motivación de la que tenía el domingo pasado o el anterior. Además, por mucha motivación que tenga al final salen los jugadores al campo, son ellos los que tienen que estar motivados. A veces la motivación de más no sirve de nada, al revés, te encoge, tienes miedo y eso es lo que hablamos del día de Zaragoza, sobre todo en la primera parte. Cuando no tienes nada que perder, entonces te sale todo. Cuando tienes miedo a perder vas a perder seguro”.
“Los jugadores me dicen que vamos a ganar el sábado, ¿qué me van a decir?, quieren ganar y no por mí solo, lógicamente. Quieren ganar por la situación y por todo. Por mí no hay que ganar, tienen que ganar por el Mallorca y por ellos mismos, de mí olvidarse. Acordarse de mí no les va a ayudar”.
“Se puede decir falta de confianza para disfrazar la palabra miedo, miedo entre comillas, que nadie va a morir. Pero miedo, desconfianza, por los resultados claro que hay. No ganas, no ganas, no ganas, tengo que ganar, tengo que ganar, quiero ganar, quiero ganar y no lo haces, eso te lleva a la desconfianza”.
“Al final la culpa siempre la tiene el míster, por mucho que hablemos, por mucho que trabajemos bien, por mucho que los jugadores estén contentos con el trabajo. Ellos saben como estamos trabajando y por eso lo valoran. Si hay que despegar es el momento, ahora vienen tres partidos casi seguidos en casa y es el momento de puntuar, bueno de ganar, un punto no vale”.
“Para nada me he planteado arrojar la toalla e irme. Sobre todo porque no me siento capacitado para dejarlo. Tengo mucha confianza en esos jugadores y creo que los jugadores tienen confianza en este cuerpo técnico. No les puedo dejar solos, si me destituyen, ¿qué le vamos a hacer?. Con Nadal hemos hablado de cosas específicas de fútbol. No hemos hablado de rebaja a la hora de negociar la destitución por que no ha llegado el momento, digo yo. El segundo año de contrato, por ejemplo, lo dejaría aquí, en Son Bibiloni. No cobraré, pero si lo meten aquí. Ese dinero que lo inviertan aquí y que se lo den a los entrenadores de la academia y para los campos. Eso es lo que me gustaría”.
“El otro día fue la primera charla más o menos larga que tuve con Nadal. Por desgracia en el fútbol las cosas son así, pierdes dos partidos y no vales para nada, ganas dos y eres un Dios. Pasa con los jugadores y con los entrenadores. Si ganamos contra el Alavés y pierdes los dos siguientes no cambia nada”.
“No me sorprende la dimisión de Aouate. Todo lo que está pasando no me sorprende nada. Llevo poco tiempo aquí pero no me sorprende ya nada. Uno va con uno, luego va con otro, luego viene con este, deja a este. Aquí ellos no nos molestan, no tienen el campo bien, no hay pintura pero nos dejan trabajar bien. Tenemos balones, tenemos portería, entonces bien. Pero no podemos cambiar nada, lo que está en nuestra mano es no cometer errores el sábado que nos cuesten goles”.
“No sólo soy yo el que lo está diciendo, lo dicen los medios de comunicación, los jugadores, los aficionados. No sorprende a nadie, no sé que tiene que pasar para sorprender a alguien. El día que haya tranquilidad y que sólo se hable de fútbol la gente estará sorprendida. Esa es la única sorpresa que puede llegar aquí me parece”.
RCDM
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