Los santaeulalienses se adelantaron en el marcador gracias a un error árbitral y cedieron el empate tras un ´obsequio´ de Ondina. Heredia perdonó en dos ocasiones al Sant Andreu tras desaprovechar las claras ocasiones que tuvo para marcar.

SEBASTIÁN CANDELA La Peña Deportiva desaprovechó una magnífica ocasión para tener más opciones de salvar la categoría. Lo tenía todo a favor: el Benidorm, su rival más directo, había perdido contra el Atlético Baleares y el Valencia cedió un empate con el Alcoyano. El primero estaba a seis puntos del equipo santaeulaliense al empezar el partido de ayer, por lo que en caso de victoria local el puesto de promoción estaría sólo a tres puntos. Además, el árbitro del encuentro de ayer benefició a la Peña en varias jugadas decisivas, pero ni por esas. El conjunto peñista, concretamente Heredia, falló dos ocasiones clarísimas y en cima Ondina regaló el gol del empate en el tiempo de descuento de la primera parte tras un error garrafal. Peor imposible.
Las consecuencias fueron muy dolorosas: la Peña perdonó y se tuvo que conformar con un punto que vale de muy poco. Quedan 12 puntos por jugarse y ahora la promoción está a cinco. Demasiada distancia para tan poco tiempo.
El encuentro fue tenso y tosco desde el primer minuto. Los dos equipos se jugaban mucho y renunciaron a las florituras. La lucha se centró en controlar la zona ancha y el Sant Andreu fue el dominador de esta parcela porque salió más decidido, con sus jugadores bien escalonados que impedían la intervención de Ondina, Derek y Casañ, ayer muy apagados.
El balón, sin embargo, llegaba a ambas porterías y el primer aviso lo dio Ondina, con el lanzamiento de una falta que se marchó fuera por poco. Era el minuto 8.
La respuesta visitante fue inmediata. En el minuto 11 Dani Martín envió un balón al larguero de la portería de Pociello. A continuación el defensa local Berto remató dos córners con mucho peligro.
La primera jugada clave del encuentro llegó en minuto 16, cuando Heredia se quedó solo ante el meta visitante, pero su remate fue despejado por Morales, justificando por qué lidera trofeo Zamora de la categoría. Fue una clarísima ocasión de gol. Las sensaciones, tras estos errores, no eran buenas.
Sin embargo, diez minutos después el árbitro no pitó un clarísimo plantillazo de Heredia a Rueda en el centro del campo, el balón le fue a Ondina y se plantó ante el portero catalán para marcar el 1-0.
El regalo del árbitro tenía más premios: tarjeta amarilla al defensa central que había recibido la falta y expulsión del entrenador visitante por protestar. Una jugada perfecta.
El Sant Andreu no se arrugó y en el minuto 31 Lanzarote envió otro balón a la madera. Poco después Dani Martín lo volvió a intentar, pero el empate llegó en forma de obsequio. Ondina dejó pasar la pelota para que se marchara fuera de portería, pero por detrás de él había un jugador visitante que no vio y éste sólo tuvo que centrar el balón para que marcase a placer Martín. Se jugaba la prórroga de la primera parte. Otro regalo, otro gol.
La segunda parte fue un cúmulo de despropósitos. Los dos equipos se dedicaron a jugar al balonazo y a hacer faltas continuamente, por lo que el fútbol desapareció del campo. Además Derek fue expulsado en el minuto 56.
En el minuto 65 llegó el otro obsequio: Heredia recibe el balón el claro fuera de juego pero el árbitro no lo pita. El extremo de la Peña encara la portería y vuelve a quedarse solo ante Morales, pero esta vez un defensa envía el balón a córner. Fue la ocasión más clara y la que provocó las iras de los aficionados locales, que entendían que el equipo se jugaba mucho como para perdonar una ocasión tan clara.
El Sant Andreu sólo creaba peligro a balón parado y los locales volvieron a tener otra oportunidad para ganar, pero esta vez Ondina remató fuera cuando tenía toda la portería para marcar. La Peña no tan sólo no aprovechó los regalos, sino que además regaló el empate y obsequió al Sant Andreu con dos claras ocasiones de gol falladas.

DIARIO DE IBIZA