David Alba
Titi, el talentoso exjugador de Sant Jordi y Formentera, ha decidido irse de vacaciones a su Sevilla natal, donde tiene ofertas para incorporarse a varios clubes de la Tercera andaluza. Pero las vacaciones tienen pinta de amarga despedida. Si se confirmara el adiós, el futbolista dejaría de forma triste unas islas que han disfrutado enormemente de su talento los últimos cuatro años, pero que, también, le han robado trozos de su corazón. En Formentera conoció al amor de su vida y en Ibiza nació su único hijo. Por este motivo, según ha podido saber Fútbol Pitiuso, al jugador le encantaría quedarse en las islas si recibiera una oferta de algún club de las Pitusas.
En este sentido, tal y como explica en su aparente despedida en una conocida red social, “el poder vivir el fútbol con pasión” y “notar los ánimos de una afición” hicieron que se enamorara de Formentera. Después “los grandes amigos” que hizo en la mayor de las Pitusas hacen que se marche con un “amargo sabor de boca”. Es incuestionable la huella de Titi en los éxitos del Formentera de los últimos años y del Sant Jordi durante la temporada pasada, donde de sus botas -e imaginación- nacieron muchísimos goles que ayudaron a batir grandes equipos como el Ciudad de Ibiza o ‘Sa deportiva’ en la Preferente.
El último encuentro que disputó con los verdinegros fue uno de esos que dejan la espina clavada en el alma. En un lance contra el Andratx en el Kiko Serra recibió un golpe en la cabeza y comenzó a sangrar abundantemente. Tuvieron que hacerle un aparatoso vendaje, pero eso no impidió que el andaluz se dejara la piel hasta que, sin aliento (probablemente el duro golpe tuviera que ver) tuvo que ser sustituido y atendido en el mismo campo por la fisioterapeuta durante largos 20 minutos. Probablemente, los que muchos no supiéramos en aquel entonces era la gran trascendencia de pasar la eliminatoria para jugadores como él.
El fútbol es un deporte muy cruel cuando se agacha la cabeza y se observa más allá de la categoría de bronce. Es cruel para futbolistas y aficionados porque la relación que existe entre jugadores como Titi y la afición suele tener fecha de caducidad por motivos que no son futbolísticos: son económicos. Pero no nos engañemos. Aquí no se habla de las sumas exorbitadas de la Primera División (el fútbol modesto se mueve en otros márgenes). No se protesta por aumentos de sueldos, sino por sueldos que permitan una subsistencia digna. Siendo egoístas, esperemos que Titi vuelva de sus vacaciones para pisar, otra vez, los campos de fútbol pitiusos. Se lo merece. Nos lo merecemos.
Futbolpitiuso.es
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