La delantera del Oviedo Moderno debutó en Superliga con 15 años y es una de las más veteranas de la Sub-19

Isabel Roldán | 04/02/2010

Irene del Río (Oviedo, 06-10-1991) es, a sus 18 años una de las jugadoras más veteranas de la Selección Sub-19. Esta asturiana, estudiante de Primero de Magisterio de Educación Física, lleva prácticamente toda la vida jugando al fútbol, una circunstancia le ha llevado a ser una jugadora precoz allí por donde ha pasado.

Con sólo 15 años, ya estaba en la selección Sub-17 y había debutado en la Superliga, la máxima categoría del fútbol femenino, con su actual equipo, el Oviedo Moderno. Y con la Roja suma ya 15 partidos internacionales. «La primera llamada del seleccionador nunca se olvida. Tenía sólo 15 años y no me terminaba de creer. Para mí era como estar en una nube», recuerda.

En realidad Irene empezó practicando un deporte bien distinto al fútbol, la gimnasia rítmica. «Mis padres me llevaban a gimnasia rítmica, pero ya con seis años sólo quería jugar al fútbol. Era lo que me gustaba. Empecé viendo a mi hermano jugar en el Astur y acabé jugando yo también en este equipo. Tenía unos seis años y al principio empecé, como todas, jugando con chicos. Luego me fui al Peña Azul, hoy Oviedo Moderno. Al principio los chicos ponían caras raras al verme, pero tengo que decir que he callado muchas bocas», bromea.

Extremo zurda en la Selección y media punta en el Oviedo Moderno, Irene, que se define como «una jugadora desequilibrante», tiene como sus futbolistas favoritos, que no tienen nada que ver con sus colores (es, primero, del Real Oviedo, «aunque esté en Segunda B y después del Real Madrid) a Messi, Iniesta y Cristiano: «Me encanta Messi, es un genio, no para de crear e inventar. Y Cristiano… ¡Ése es una máquina!».

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