El mallorquín Miquel Pou inicia la carrera hacia la presidencia del Barcelona sin apoyos.
JAUME BAUZÀ. PALMA. Es un completo desconocido en los círculos de poder e influencia del Barcelona. Apenas se ha cruzado dos palabras con los que han regido el club blaugrana durante los últimos años y es un extraño en el mundo empresarial catalán. Pero nada de eso ha impedido que Miquel Pou haya iniciado la carrera electoral para suceder a Joan Laporta. Nacido en Felanitx hace 44 años, el socio número 086085 del Barcelona pretende compensar su anonimato y escaso poder mediático presentándose como el candidato del pueblo.
«Existe la idea errónea de que para ser presidente del Barcelona hay que ser un constructor o un multimillonario. Yo no creo en eso porque no conozco a ningún presidente que haya puesto un euro de su bolsillo en el club», explicó ayer este funcionario de la Universitat de les Illes Balears durante la presentación de su candidatura.
Pou tiene ante sí un obstáculo que parece insalvable. Tiene dos meses para reunir 1.804 firmas y un aval por valor de 45 millones de euros, requisitos para convertirse en candidato oficial. «Será complicado. Todo pasa por hacer campaña, buscar apoyos y usar las nuevas teconologías como Internet. En cuanto al dinero, tiene que salir de todos los que den apoyo a esta candidatura», subrayó el felanitxer.
Este mallorquín ejerce como responsable del área social del Atlético Baleares e insiste en que su fortaleza reside en el apoyo de las peñas. «En Mallorca soy muy conocido entre los socios del Barça de la isla y tengo previsto ir a Barcelona para hacer campaña en abril. De hecho, viajaré allí tantas veces como sea necesario para darme a conocer», puntualizó Pou, fundador de la Penya blaugrana Els Tamarells.
Pou rechazó hablar de fichajes durante la campaña electoral «porque no es ético», al tiempo que anunció que su futuro director deportivo lo elegirá el entrenador «para evitar discrepancias entre ambos».
El precandidato prometió un equipo económico «profesional» y dijo que en caso de ser presidente negociará con las televisiones para que los partidos del Barcelona se celebren ante de las 20:00 horas. «Más tarde los peñistas de fuera están obligados a pasar la noche en Barcelona y les sale muy caro», indicó Pou.
DIARIO DE MALLORCA
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