SEBASTIÁN CANDELA El Eivissa volvió ayer a la Tercera División tras ser equipo de Segunda División B durante exactamente 664 días, ya que consiguió el anhelado ascenso a la categoría de bronce del fútbol español en junio de 2007, tras estar quince temporadas consecutivas en la competición balear.
Los aficionados tuvieron que esperar mucho tiempo, demasiado, para ver a su equipo en una categoría superior y justamente por eso fue tan doloroso el descenso de ayer para los seguidores del conjunto pitiuso, para la plantilla, cuerpo técnico y también para la directiva, aunque la pérdida de la categoría era inevitable tras una temporada nefasta deportivamente hablando y repleta de despropósitos en otras parcelas.
El descenso se consumó tras empatar el equipo ibicenco ante el Valencia Mestalla en otro partido que pudo y mereció ganar, pero otra vez los jugadores fueron incapaces de marcar en ninguna de las oportunidades que tuvieron. Sólo de penalti, lo que valió para empatar y, desafortunadamente, para bajar a Tercera.
El partido fue desangelado y frío a pesar de que ambos conjuntos se jugaban la permanencia, aunque fue el Eivissa el que intentó más cosas, llegando con bastante comodidad por la banda derecha.
Fruto de una de estas jugadas se reclamó un claro penalti por manos de un defensor que el árbitro no quiso conceder en el minuto 10 y en el 21 Juan Carlos lanzó a portería y Salva evitó el gol.
No era un juego muy brillante, es cierto, pero los de Vila querían el balón e intentaban jugadas con Raúl Rodríguez, pero el primer gol lo encajó José Antonio tras la jugada tonta de todos los partidos, en el que la defensa no despeja el balón, llega un atacante y sólo tiene que empujar el esférico dentro de la portería. Era el minuto 32.
Fue un mazazo para sa Deportiva, que se hundió anímicamente porque, de nuevo, podía ir con ventaja en el marcador, pero el equipo contrario volvía a aprovechar su única clara ocasión para ponerse por delante en le marcador. La película de siempre.
En la segunda parte el Valencia salió a por el partido y su jugador más peligroso, Olcina, dispuso de dos ocasiones, pero el meta ibicenco estuvo acertado y evitó que ampliaran el marcador.
En el minuto 67 llegó el empate de Juan Carlos. Fue en un penalti que señaló el linier por manos de un defensor que el jugador del Eivissa se encargó de convertir en gol.
A partir de esta jugada los locales se volcaron sobre la portería de Salva, pero con demasiada precipitación y con balones largos a las bandas, lo que no servía absolutamente de nada.
El Eivissa bajaba empatando o perdiendo y mantenía esperanzas ganando; pero Alfredo no quiso quemar todas sus naves y no movió ficha para adelantar a su equipo aunque arriesgara en defensa, pero algo había que inventar porque el empate no servía de nada.
Sin embargo, Diop y Raúl Rodríguez tuvieron, en la misma jugada y en el descuento, la ocasión más clara de toda la temporada para marcar, pero de nuevo el balón se fue por los aires y su equipo por tierra. El empate enterraba al Eivissa en Tercera División.
DIARIO DE IBIZA
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