Arouca , en la Primera División de Egipto, y Caio, en Rumanía, han progresado tras su salida del club
La nómina de jugadores extranjeros que en las últimas temporadas se han enfundado la camiseta del Atlètic resulta incontable. Desde que en tiempos de Jesús Carazo se abriera la veda para los futbolistas foráneos, con pasaporte comunitario, el club bermellón ha apostado por futbolistas de origen sudamericano. Mayormente brasileños y argentinos. Unas peticiones economicas más asequibles y la resistencia de muchos jugadores de Ciutadella por jugar en un Atlètic con poco margen para garantizar sus salarios han sido los fundamentos para convertir al club de Sant Antoni en un equipo de jugadores emigrantes.
Lucas Pancotti Frias ‘Arouca’ o Caio García Suguino, ambos brasileños, son dos ejemplos de futbolistas que recalaron durante un periodo de tiempo en Ciutadella y después al constatar las dificultades económicas abandonaron la entidad para encontrar más fortuna en ligas exóticas. Este año las cosas les van ostensiblemente mejor a los dos. Para ellos, las penurias y la incertidumbre de saber si cobrarán cada mes es cosa del pasado.
«El salario es mucho más elevado y también tenemos una excelente prima por partido ganado», dice Caio, que actualmente juega en el Acu Arad de Rumania. Un equipo que lucha este año por ascender a la Liga-2. «La estructrua de aca es mucho mejor que en la Tercera balear. Después de cada partido el club ofrece alimentación y también se encarga de proporcionar una habitación a cada jugador durante su estancia en el equipo», apunta. «Casi todos los futbolistas son profesionales y no necesitan ganarse la vida con otra actividad», apunta.
Con todo, en el futuro no descarta su vuelta a España, aunque no lo ve probable a corto plazo. Su objetivo ahora es contribuir al ascenso del Acu Arad. El mediapunta se ha hecho con un hueco en el equipo titular y la suerte le sonríe más que en el Atlètic, cuando con Yeray le costó hacerse un puesto fijo. Hoy, probablemente, tendría mucho más fácil ser titular en el Atlètic.
Otro caso de jugador al que la suerte le sonríe más desde que se fue de Ciutadella es a Arouca. «En Egipto cobró muy bien y tanto yo como mi familia estamos muy contento con eso», dice el futbolista. El brasileño hace apenas un par de semanas que entrena con normalidad en el equipo y espera entrar poco a poco en el once titular del Ittihad El-Iskandary de la Primera División de Egipto. «El objetivo que tenemos es quedar entre los tres primeros para intentar jugar las rondas previas de la Champions League, o com o mal menor la Copa de las Confederaciones Africanas. Y es que para Arouca el cambio de club ha sido bestial. «He pasado de un equipo con 400 aficionados de publico a otro donde habitualmente alcanza los 10.000 espectadores en su estadio. Por eso, Arouca confiesa que, de momento, «no se le pasa por la cabeza abandonar Egipto para regresar a España». Aunque también reconoce que es algo que puede cambiar si un dia le llega una buena oferta.
Son sólo dos ejemplos de un paso de penurias por el Atlètic y un futuro mejor en otro país lejos de España. Hay más. Diego Douglas juega actualmente en Hungría. Angelo y Cassio están de vuelta en Brásil. Igor Magallanes prueba fortuna en Oman. Todos ellos han superado con exito el mal trago que fue jugar en un Atlètic en precario. Aunque incluso de eso sacan una conclusión positiva. Las dificultades les hicieron más fuertes. Más compañeros. Aprendieron la lección.
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