Tomeu Maura

El próximo domingo superaremos el primer cuarto de Campeonato y la evidencia es aplastante. La temporada vuelve a oler a fracaso. No ha servido de nada tener el 90% de la plantilla cerrada en verano. No ha servido de nada invertir casi todo el dinero en mejorar el centro del campo. Los números están ahí y no engañan. Hoy, pase lo que pase, el Mallorca va a cerrar la jornada en decimoctava posición, empatado a puntos con el último que desciende a Segunda B. El siguiente partido ante el Alcorcón es una final anticipada por la permanencia. Muchísimo ojo porque esos tres puntos pueden tener una importancia vital para el futuro.

Me parece una evidencia que el ciclo de Fernando Vázquez se ha acabado. De hecho, ya no debería haber empezado la temporada. Tuvimos seis meses para verle en acción y os recuerdo que sólo los resultados ajenos evitaron el descenso a Segunda B, ya que el equipo llegó a la última jornada sin depender de sí mismo (y algún día os contaré cómo se consiguió de verdad esa permanencia). Mantener a Vázquez es insistir en lo mismo. Una vez y otra vez y otra vez. La situación actual no es más que un uroboro eterno.

En su primera etapa en el banquillo del Mallorca (con un equipazo brutal al que no consiguió ni clasificar para la UEFA) Vázquez obtuvo de Mateu Alemany la promesa de renovarle un año más su contrato. Sin embargo unas semanas más tarde surgió la oportunidad de traer a Luis Aragonés. Alemany no se lo pensó ni un momento y rompió el trato con el gallego. Este verano, cuando el Alavés decidió prescindir de Bordalás, Maheta Molango tuvo que haber hecho lo mismo. Era una grandísima oportunidad y ahí está la mutación del Getafe para demostrarlo.

Dicho esto, no preveo a corto plazo cambios en el banquillo. Es de pura lógica que si a Vázquez le han traído un segundo entrenador es porque confían en él. Me parece un grave error. No creo que esta plantilla sea suficiente para pelear por el ascenso, pero sí estoy convencido de que tampoco es tan mala como para estar metidos de manera perenne en el infierno. Dijo Maheta en verano que si en octubre la situación era igual que el año pasado no le temblaría el pulso a la hora de tomar decisiones. Estamos a mitad de mes y no veo que haya tomado de momento ninguna.

 

 

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